Daniel Scioli se consolida como el candidato del Frente para la Victoria, con un virtual apoyo de La Cámpora. En una interna en la que hay varios anotados, el gobernador bonaerense recibió señales de que tendrá el apoyo explícito de un sector de la Casa Rosada cuando arranque la campaña. Y en las últimas semanas, tuvo un espaldarazo del hombre con más poder del gabinete, el ministro de Economía, Axel Kicillof. Lo acompañó a recorrer obras en La Plata y se fotografiaron juntos. Después de esa visita, el titular del Palacio de Hacienda le confió a un empresario oficialista: “Daniel es el candidato del Frente para la Victoria”.
Hace un par de semanas, el ministro de Planificación, Julio De Vido, le dijo lo mismo a un gobernador y le aclaró que no hablaba a título personal. Mientras tanto, son conocidas las conversaciones que mantienen desde hace tiempo el diputado nacional y líder camporista Eduardo “Wado” de Pedro y Scioli, para el armado de las listas de legisladores nacionales y provinciales. Wado también es un hombre de confianza de Máximo y de Cristina Kirchner. Los movimientos en el kirchnerismo son extraños. Hasta ahora, muchos en la Casa Rosada veían a Scioli como un hombre de las “corporaciones”. Pero su permanencia en las encuestas que maneja el Gobierno y las dificultades de otros aspirantes kirchneristas para crecer parecen haberle dado un empujón al mandatario provincial. También sus esfuerzos por acercarse a la juventud y por alinearse cada vez más con el discurso radicalizado del oficialismo lo ayudaron a recibir apoyo.
La afirmación de Kicillof no sorprendió a los dirigentes kirchneristas consultados por este diario. “Daniel está consolidado, Florencio (Randazzo) está medio borrado y un poco aislado, y se viene diciendo desde hace rato entre los gobernadores que esto va a suceder”, explicó un importante miembro del PJ nacional a PERFIL.
Para la dirigencia kirchnerista, el ascenso de Scioli se nota desde los gestos hasta los lugares que le dan. El sábado pasado encabezó un acto en Tandil, junto a Wado de Pedro, José Ottavis y varios gobernadores. El mandatario bonaerense hizo un gran despliegue. Aunque el titular del PJ es el jujeño Eduardo Fellner, en las provincias le arman agendas de actos cada vez más seguido, y tiene el apoyo de varios de sus pares. El que encabeza el operativo “Scioli presidente” es, entre otros, el sanjuanino José Luis Gioja, que apuesta por la estrategia ganadora. Gioja cree, al igual que otros gobernadores, que Randazzo no despega en la interna kirchnerista y que no es una opción con chances en caso de consagrarse como la figura oficial en las elecciones generales. “El ‘flaco’ hace apuestas políticas porque cree que lo van a elegir, y yo creo que eso es un error”, dijo un funcionario. El ministro del Interior y Transporte, que está convencido de que puede desbancar a Scioli, enfrenta problemas judiciales y en dos semanas visitó Alemania y después Canadá. Bajó su protagonismo en la agenda pública y en los actos de inauguración de trenes, que funcionan como su principal plataforma política. Sin embargo, no se descarta que retome su actividad en breve. Hace poco cambió su “marketing” en Facebook y en Twitter, como una suerte de relanzamiento.
Un sector del PJ cree que finalmente Randazzo será candidato a gobernador de Buenos Aires. Sostienen que en la Provincia puede competir contra Martín Insaurralde o cualquiera de los otros aspirantes a la gobernación. En el entorno del ministro del Interior, en cambio, aseguran que postularlo para gobernador es una “operación” del sciolismo porque “el ‘flaco’ le pisa los talones”.
La falta de un candidato a gobernador también es un problema para el kirchnerismo. “Si no ganás la provincia de Buenos Aires, tenés un problema para ganar a nivel nacional”, analizó un funcionario en diálogo con este diario. Y lo cierto es que hoy el Gobierno no tiene un postulante consolidado en territorio bonaerense.
Scioli puede contar con el apoyo de La Cámpora, pero todavía falta mucho. La dinámica kirchnerista es muy volátil y los ánimos cambian según las decisiones del círculo pequeño que tiene a la presidenta Cristina Kirchner en el centro. Los candidatos tampoco son ingenuos: miran con detalle la economía para ver cómo será su performance.