La CGT oficial tiene un nuevo enemigo: el titular del PAMI, Luciano Di Césare.
El funcionario, que fue un protegido de Néstor Kirchner desde sus años como gobernador en Santa Cruz, tiene un nuevo plan para modificar por completo el sistema de salud en el país y tomar el control de los miles de millones de pesos que comprenden el sistema de obras sociales y prepagas.
Fuentes de la central obrera afín al Gobierno, aseguraron que Di Césare visitó a varios dirigentes sindicales para lograr la aprobación de un nuevo seguro de salud que le permita “apoderarse” de la “caja” de las obra sociales.
Di Césare ofreció un seguro que concentre los fondos de la salud de Nación, provincias y obras sociales para las enfermedades de alto costo, como el cáncer, la hemofilia y el sida. Los servicios serían prestados por un grupo de empresas. Los fondos serían administrados por el funcionario.
Como reveló PERFIL en 2011, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner encargó a Di Césare un proyecto para tener control total de los fondos millonarios de las obras sociales. Ante la oposición de todos los sindicatos, la mandataria suspendió el plan. Pero en las últimas semanas, la idea de tomar la “caja” de las obras sociales volvió a ocupar a Di Césare.
Los popes se encuentran en medio de una disyuntiva política: están en desacuerdo con el rumbo económico que tomó el Gobierno, pero no se ponen de acuerdo en si deben o no manifestarlo. Temen erosionar al Gobierno que tienen de aliado y favorecer a los sectores opositores que buscan esmerilarles su propio poder, como Hugo Moyano. Por eso, decidieron esconder el documento que habían redactado para reclamar públicamente un cambio en el rumbo económico. Piden, dicen, “un ministro de Economía con un plan”, “volver al rumbo de 2006 y 2007”, “que el Gobierno los escuche”. Lo que no permitirán, remarcan, es que se queden con los fondos de las obras sociales.