"Nuestro problema es político, no es económico". Desde comienzos de año el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, repite, ante quien quiera escuchar, que el real drama de la economía —que este miércoles se vio reflejado por la suba de más de $2 del dólar— es, en rigor, la falta de credibilidad que da la política oficialista.
Monzó, quien había regresado a la "mesa política" pero apenas como un consultor y sin poder torcer el rumbo de las políticas macristas, cree que esta crisis se podría haber evitado, o al menos morigerado. Entre sus íntimos afirma que había que armar un gabinete de coalición nacional con peronistas no-kirchneristas, que permitan dar una señal mucho más grande hacia afuera.
Nada de ello ocurrió. De hecho, los 102 segundos que duró el escueto mensaje que grabó el presidente Mauricio Macri en la mañana con un puñado de asesores buscaba generar confianza: despejar las dudas sobre un default y recurrir nuevamente al FMI como base de sustentación. Pero el mercado de cambios le propinó un golpe duro y volvió a mover la divisa norteamericana al alza.
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Según fuentes oficiales, hay "mucha preocupación" con la reacción del mercado. En particular, porque esta vez no hubo fusibles: fue el propio presidente el que intentó aquietar las aguas y no pudo.
En este marco, volvieron los rumores de salida que apuntan en una sola dirección: el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Cerca del ministro desmienten su salida, pero confirman la preocupación oficial por lo ocurrido hoy.
Quien apuntó con una flecha certera fue Alfonso Prat-Gay, ayer en América TV, que planteó abiertamente que él consideraba que lo ideal era un ministro de Economía fuerte, que tenga una visión global; y rechazó el esquema actual con dos vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, como grandes controladores.
En la misma entrevista, el exministro puso su propio caso como paradigma: él planteó una meta de inflación que, cuando la lanzó, fue modificada sustancialmente por el esquema de tarifas de Juan José Aranguren (aún en Energía en ese entonces). Prat-Gay tenía como "controlador" a Quintana; Aranguren a Lopetegui.
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A pesar de la salida del ex Shell y de Francisco "Pancho" Cabrera de Producción (quien reapareció el jueves pasado en la reunión de gabinete y ahora anima el fideicomiso de obra pública), el esquema de gestión con la Jefatura de Gabinete jamás se desarmó. Apenas se le dio más aire a Dujovne para avanzar en el ajuste fiscal. No más.
Macri intentará en las próximas horas aflojar la tensión en diálogos privados con empresarios. En la Casa Rosada aseguran que el titular del Banco Central, Luis "Toto" Caputo tiene un informe sobre los compradores de dólares de los últimos seis días que impulsaron la fuerte suba. Su primo hermano, y mejor amigo del presidente, Nicolás Caputo le había expresado sus dudas sobre la marcha de la economía, y el futuro de los vencimientos de deuda. "Toto" se estaba preparando para jugar al tenis en el Cardenal Newman. Lo escuchó y se volvió a la raqueta.
