La primicia de la renuncia

"¿Estás seguro de ir tan directo?". Claudio Gurmindo y Edi Zunino (jefe y secretario de Redacción del diario Perfil, respectivamente) me hicieron esa pregunta una sola vez durante el viernes 11 de julio, hace doce días. Ya habíamos definido el título de tapa de la edición del sábado: "Se va Alberto Fernández". Y fuimos más allá en la precisión: anticipamos que iba a ser después de la votación del Senado y antes de fin de mes.

Nada hubo de vaticinio o presunción, sino f uentes muy confiables con información muy detallada. A partir de ese título, estallaron las desmentidas de diferente calibre. Primero fueron voceros oficiosos del ahora ex funcionario, ya que su vocero habitual y oficial, Eduardo Roust, ya no trabajaba con él. Después, el propio Fernández la negó con inusual tibieza. Incluso así puede interpretarse una de las pocas frases que nos dedicó en público: "Perfil dice cada sandez", tal como se lo dijo a Verónica Wiñazki, de Perfil.com.

Curiosamente, o no tanto, en privado no pensaba lo mismo. Por caso, a algunos funcionarios les dijo que la nota de PERFIL tenía relación con los mails que le hackearon, caso por el que hay una investigación judicial con varias víctimas y sospechosos. Según Alberto F, este diario habría accedido a alguno de esos correos electrónicos.

Punto uno: la investigación de PERFIL se sustentó en el testimonio de varias fuentes oficiales y privadas, algunas de ellas muy cercanas al ahora ex jefe de Gabinete.

Punto dos: si efectivamente el origen de la información publicada fueran los mail hackeados, Alberto F estaría admitiendo que en alguno de esos correos reconoció que pensaba en renunciar.

No fue su única contradicción sobre esto. Además de sus habituales operaciones de prensa, también desató una mini caza de brujas en su entorno para ver quién pudo haber hecho trascender lo que publicó este diario. El rechazo del Senado a las retenciones móviles lo hizo cambiar de preocupación.

Ahora sí, como terminaba la nota de PERFIL, Fernández podrá cumplir con la demanda de su hijo adolescente de que tuviera más tiempo para estar con él. Y hasta se podrán ir juntos de vacaciones de invierno, que comienzan en la Ciudad de Buenos Aires dentro de 48 horas.

* editor del Diario Perfil