Caras largas. Preocupación. Las primeras reacciones en el búnker del PRO en Costa Salguero fueron muy evidentes. La tensión por los resultados, muy estrechos a comparación de los casi diez puntos que preveían en el PRO, pusieron en la mira el futuro del espacio.
“Perdimos en nueve de las 15 comunas, nos salvó el voto duro del norte”, confió uno de los dirigentes territoriales del macrismo. En concreto: el corredor norte, que ocupa las comunas 12, 13, 14, 2, 1 y 4. Esto supone Saavedra, Belgrano, Palermo, Recoleta, Retiro y Puerto Madero y La Boca, entre otros.
El escaso margen entre Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau obligó a dilatar la primera aparición de funcionarios macristas, prevista para pasadas las 18, hasta las 20. El temor era que el margen sea aún menor al que finalmente fue.
La primera lectura que realizaban funcionarios y legisladores es que la victoria se vio acotada porque gran parte del kirchnerismo se volcó hacia Lousteau. A diferencia de la general, Lousteau ganó en el sur de la Ciudad. “En la villa 31 nos ganaron por mucho”, se lamentaba un dirigente macrista, que no había probado las medialunas y apenas tomaba una Coca Light.
Aun así, también hubo dirigentes entusiastas. “Ganamos contra todos, hasta Scioli apoyó a Lousteau”, razonaba uno de los ministros.
De todas maneras, para Larreta se vendrá un tiempo de construir su propia gestión y su propia impronta en los próximos cuatro años.