Durante los casi cuatro años que está por completar en el poder nacional, Cambiemos no logró consolidarse como una coalición de gobierno pero, si hay algo en lo que acuerdan radicales y macristas, es en que fueron una buena alianza parlamentaria. Es por eso que a partir de diciembre tratarán de hacer valer esa condición desde la vereda de la oposición, aunque con variantes.
Si bien la UCR, PRO y la Coalición Cívica coinciden en su decisión de continuar el camino juntos, la prioridad de cada una de las fuerzas es reforzar su espacio, definir autoridades y dejar para una segunda etapa la conducción de un interbloque, a diferencia de la importancia que tuvo desde 2015 el liderazgo global de los diputados de Cambiemos. El espacio quedará con 119 diputados, integrados por 52 del PRO, 47 de la UCR, 14 de la Coalición Cívica y otros seis aliados, lo que significa nueve lugares más de lo que daba la cuenta post PASO.
“Volvemos a mirarnos al espejo, la política va a volver al Parlamento”, admitió en diálogo con PERFIL uno de los referentes nacionales de Cambiemos que reconoció que la jefatura del interbloque, que hoy tiene a Mario Negri como referente, puede convertirse en un envase vacío en caso de una ruptura –aunque sea parcial– del espacio que podría rebautizarse como Juntos por el Cambio.
Tras su renuncia a la banca que anunció a partir de marzo de 2020, Elisa Carrió ungió a Maximiliano Ferraro como su sucesor al frente del bloque, una figura sin experiencia en el Congreso pero que cuenta con la máxima confianza de su jefa política. En el PRO también hubo un principio de definición con el aval del presidente Mauricio Macri para que sea Cristian Ritondo el jefe del bloque PRO, con el respaldo de María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.
En la bancada macrista hicieron sentir la molestia por la forma en que se definió el cargo, pero al mismo tiempo reconocieron que si para el ministro bonaerense estaba reservada la presidencia de la Cámara en caso de seguir siendo oficialismo, era claro que iba a tener un lugar de relevancia tras el regreso a la oposición. En conclusión, un poco de bullicio para hacerse sentir pero luego acatar la bajada de línea. Ese cargo está ocupado hoy por el porteño Alvaro González, que podría ser retribuido o bien con la presidencia del interbloque o con alguna de las vicepresidencias de la Cámara que estarán reservadas para Cambiemos.
No obstante, en el PRO se encuentran expectantes sobre una virtual fractura de una decena de diputados cercanos a Emilio Monzó que, si efectivamente conforman un bloque propio, dejarían al PRO en inferioridad de condiciones frente a un radicalismo que, pese a todo, logra mantenerse estable en el Congreso.
Como siempre, los radicales jugarán su interna aparte, entre los “macristas”, que son los que acompañaron al Presidente en su gestión, encabezados por Negri, Gerardo Morales y Luis Naidenoff ,y los “kirchneristas”, como llaman despectivamente sus rivales al grupo que comanda Alfredo Cornejo –quien supo ser armador de los radicales K– en tándem con el nosiglismo.
Los números
- 119 son los diputados que tendrá Juntos por el Cambio a partir de diciembre. Si el peronismo no se une, sería la primera minoría.
- 14 miembros tendrá la Coalición Cívica, ya sin Carrió en el bloque.
- 4 son los peronistas aliados a Cambiemos que podrían representar fugas a futuro. Dos de Tucumán, uno de La Rioja y otro de San Juan.
