Matías Lammens sorprendió como el postulante del kirchnerismo para competirles a los 12 años de macrismo en la Ciudad. El presidente de San Lorenzo asegura que se lleva “muy bien” con La Cámpora, que todavía no conoció personalmente a Cristina Kirchner y que Larreta y Macri “son lo mismo”.
—Tuvo poco tiempo de instalarse como candidato, ¿cómo enfoca la campaña para remontar su imagen ante los porteños?
—Tenemos una campaña austera, con pocos recursos. Enfrente hay un aparato muy fuerte de pauta publicitaria. Estamos enfocados en que la mayor cantidad de gente nos escuche y sepa qué hay que hacer diferente, qué estuvo bien y cuáles son nuestras prioridades.
—¿Qué estuvo mal hecho en estos 12 años en la Ciudad?
—El principal diagnóstico tiene que ver con las prioridades. Es una ciudad rica, con el presupuesto de una gran ciudad europea, y tiene cuestiones primarias no resueltas: la educación, con chicos sin vacantes y problemas de infraestructura en escuelas; o la vivienda, donde uno de cada tres porteños alquila. Y sobre todo el tema que el Gobierno quiere invisibilizar, que es la economía. Aunque algunos piensen que es un tema del gobierno nacional, estoy convencido de que la Ciudad debería haber tenido políticas anticíclicas para evitar los efectos de la crisis, que han sido devastadores. Los indicadores son abrumadores, como los de pobreza. Una familia para ser de clase media necesita ingresos por 49 mil pesos y vivienda propia. Cada vez van achicando algo que fue un orgullo de los porteños, sentirse clase media.
—¿Con ese mensaje cree que le alcanza?
—No lo pienso en esos términos, pero sí sé que esta campaña será diferente. Tengo una parada difícil, ya que vienen ganando elecciones desde 2005, pero ahora es diferente. Una cosa es gobernar la Ciudad con los bolsillos llenos y hacer cosas lindas, y otra es cómo atendió un gobierno rico la crisis de los porteños. Aunque esas políticas las promovió el gobierno nacional, Rodríguez Larreta es parte de la mesa chica de las decisiones.
—¿Trata de pegar a Larreta con Macri, como hace Kicillof con Vidal en Provincia?
—No hace falta. Macri y Larreta son lo mismo, y los dos tienen las mismas prioridades sobre cómo manejar un presupuesto. Y en la mesa chica del gobierno nacional están sentados Larreta, Vidal, Macri y Marcos Peña. La crisis nacional tiene un gran responsable que es Macri y un coautor, Larreta.
—¿Qué cosas positivas rescata de la gestión porteña?
—La obra del Paseo del Bajo me parece interesante, también los pasos a nivel. El metrobús, aunque creo que la solución pasa por el subte, tuvo impacto positivo.
—Votó a Lousteau en 2015, ¿qué opina de él ahora que está con Larreta?
—Es un dirigente valioso, pero me parece que se equivocó. Comparto con él el diagnóstico que tenía de la Ciudad en 2015 y 2017. El veía grandes déficits en la salud y en la educación y estaba preocupado por el presupuesto en publicidad y marketing; compartía con él cuando dijo que el Gobierno hacía obras más para mostrar que para solucionarle la vida a la gente. Por eso lo voté y lo sigo respetando. Eligió un espacio que no lo representa a él ni a sus votantes.
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—¿Cómo lo trata el kirchnerismo?
—Estoy muy contento con lo que expresa este espacio plural que contiene a voces diversas,a gente que criticó al kirchnerismo y que a la vez contenga ese espacio. Dije que tengo mis críticas al segundo mandato de Cristina y nadie me dijo nada.
—¿Su candidatura se explica por el fuerte componente anti K de los porteños?
—Tiene que ver con lo que expresa Alberto Fernández en términos de amplitud, con el gesto magnífico de Cristina de correrse. Que este espacio lo encabece un no kirchnerista habla de esa amplitud. A Cristina yo no la conozco, ni hablé por teléfono. Tampoco a Máximo. Y sin embargo ella tuvo la generosidad de dejar que sea candidato sin condicionamientos.
—La corrupción es uno de los grandes temas del kirchnerismo. ¿Qué dice cuando lo critican por sumarse al espacio?
—La corrupción no tiene que ver con las identidades políticas y sí con las personas. Hablar de corrupción de un lado y no del otro estigmatiza porque achata el debate público. Con la corrupción hay que ser muy duro, daña la democracia y aquel que cometió un acto de corrupción y está condenado tiene que ir preso.
—¿Qué mirada tenía de La Cámpora antes y cuál tiene ahora?
—Es una agrupación política más, pasa que desde muy chicos les tocó tener posiciones de poder. Eso genera un nivel de exposición que a veces es difícil manejar, pero después creo que hay algunos integrantes que son cuadros interesantes de la política. En esta etapa están en una sintonía mucho más amplia.
—¿Qué país puede haber con cuatro años más de Macri?
—Veo un país que puede tener un daño que puede ser muy difícil de revertir. Todas las variables macroeconómicas hablan de un fracaso rotundo. Y veo un país que pueda tener un daño que atraviese varias generaciones. Lo que pasó con la deuda no es menor: 150 mil millones dólares para financiar fuga de capitales, ni hablar de pobreza. El Presidente pidió que lo juzgáramos por eso y se va con cinco puntos más de pobres.
—¿Y por qué aún así puede ganar la elección?
—Porque increíblemente profundizan el odio. El macrismo se mostraba como la alegría, globos de colores, bailaban… hoy quieren que la gente vaya a votar con odio, con bronca. Tenemos que pensar que la gente vaya a votar con alegría. El 11 de agosto la gente quiere ir a poner esperanza en el sobre, pero ellos fomentan el odio, la vuelta al pasado, la grieta. Y eso es lo que los hace competitivos electoralmente. Ni el macrista más convencido puede defender logros de este gobierno.
“Tinelli me dijo que le diera para adelante”
Matías Lammens llegó al mundo del fútbol de la mano de Marcelo Tinelli. Hoy, comparten no solo su pasión por San Lorenzo (son presidente y vice) sino también conversaciones sobre la política nacional.
—¿Qué le dijo Tinelli sobre su candidatura?
—Veníamos hablando con Marcelo de política desde hace un año. Lo primero que me dijo fue que era una decisión que había que pensarla bien en términos personales. Yo hablo mucho con él y me dijo que me tomara unos días para pensarlo porque tenía un costo personal alto. Pero yo sé que él siempre supo y le gustó que yo tuviera vocación política.
—El estuvo coqueteando con Alternativa Federal. ¿Qué opina de su inclinación hacia el kirchnerismo?
—No me hizo ningún juicio de valor porque sabe que con este gobierno no tengo afinidad ideológica. Y sabía que yo tenía la posibilidad de armar un frente plural, como lo hicimos, y ahí me dijo que le diera para adelante.