La foto en Olivos, junto al presidente, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en la presentación de la propuesta por la deuda externa lo mostraron nuevamente en la primera fila de la política nacional. Con un barbijo celeste, fue uno de los tantos gobernadores que concurrió al encuentro convocado por el presidente pero el Gobierno nacional lo ubicó en un lugar privilegiado.
Horacio Rodríguez Larreta es hoy el principal motor de la buena sintonía entre oficialismo y oposición para enfrentar la pandemia de Coronavirus. Y piensa seguir en esta dirección, como mínimo, mientras dure la crisis sanitaria. Eso es lo que le transmite a sus funcionarios, a intendentes y dirigentes de Juntos por el Cambio. “No es una estrategia política, Horacio está convencido que en esta crisis tiene que trabajar con la Casa Rosada y con la Provincia, y que sin coordinación no se puede salir. No confrontar es clave en esto”, apunta a PERFIL uno de sus interlocutores habituales.
La buena sintonía entre Ciudad y Nación tuvo eco ayer por parte del presidente: avaló y justificó la medida para que los mayores de 70 años estén obligados a pedir un permiso para salir a la calle a realizar compras.
Efecto Coronavirus: creció la imagen de Alberto, Kicillof y Larreta
En clave netamente política, el jueves Larreta se sumó a una videoconferencia con el bloque de diputados del PRO. Allí les anticipó la medida sobre los adultos mayores y les planteó que “no hay un manual sobre lo que estamos viviendo”. “Dependemos del trabajo en conjunto con Nación y con la Provincia”, les planteó a más de 30 legisladores del bloque que preside Cristian Ritondo. Añadió que hoy se dan tres tipos de aislamientos sociales: los generales, los de mayores de alto riesgo y los que ya están contagiados. También de los test que comenzarán a hacerle al personal de Sanidad. Ante una consulta específica sobre el rol de la oposición, reiteró que hay que ser “moderado” y “no confrontar directamente” sin un anclaje claro. “Me vuelve a mí”, les resumió.
Para el jefe de Gobierno porteño la unidad en el Congreso es un tema clave: trabaja, en muchos casos, uno a uno, para que el bloque del PRO no se quiebre, a pesar de las diferencias ya explícitas entre sus integrantes. Cree que hay que evitar, a toda costa, cualquier deserción en las filas de Juntos por el Cambio.
Coronavirus, Alberto Fernández y una postal política que pasará a la historia
Larreta se mueve con un grupo de funcionarios de máxima confianza, a quienes reúne diariamente durante dos horas en la mesa de crisis. Entre otros, allí están el vicejefe, Diego Santilli, el jefe de gabinete, Felipe Miguel, y el ministro de Salud, Fernán Quirós, así como los encargados de la comunicación y la estrategia. Desde allí se analiza la coyuntura, se estudian las medidas y se ve en detalle la evolución de los casos.
Para el gabinete porteño todo cambió: muchos de ellos se fueron a vivir solos por precaución. Otros viven con temor la pandemia pero están obligados a salir a calle ante la crisis, tal cual reza el manual larretista de gestión. Otros sacan a relucir sus años de docencia. Por caso, Quirós, se dedicó en la última semana a retar a aquellos que se colocan mal el barbijo. “No podés dejar la nariz descubierta”, es una de sus frases. Pero también porque hay quienes usan guantes todo el día sin lavarse, por tocarse la cara antes de ir al baño. En los “retos” le toca desde sus compañeros de gabinete hasta los periodistas que lo entrevistan.