Más de una hora duró la reunión. Y, aunque allí acordaron que la Ciudad sacará las rejas que separan en mitades la Plaza de Mayo, se trató, en rigor, de un encuentro con un fuerte contenido simbólico.
El presidente electo, Alberto Fernández, recibió ayer al mediodía a Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de Gobierno porteño, en sus oficinas de Puerto Madero. Fue la primera vez que se reunían –aunque se habían cruzado en un par de oportunidades en eventos sociales– y, tanto en el Frente de Todos como en el larretismo, coincidieron en que fue un “muy buen” encuentro.
Allí Larreta le expresó que estaba dispuesto a “trabajar” junto a la Nación en lo que sea necesario. “Estoy a disposición, vengo a trabajar, soy un intendente más”, manifestó. El presidente electo lo escuchó con una mueca de satisfacción.
De hecho, la primera muestra de buena voluntad será que serán removidas las rejas de la histórica plaza –medida que deberá tener un reflejo en la Legislatura con un proyecto ya que su instalación lo requirió–. Aunque aún no hay fecha de un segundo encuentro, la idea que barajan en la Ciudad es que equipos técnicos trabajen con la Nación y con la Provincia en las próximas semanas en las temáticas que atañen a las jurisdicciones.
Sin embargo, el encuentro fue todo un símbolo político. Larreta solo le había avisado a un puñado de asesores nada más; para el resto, incluido buena parte de su gabinete, fue sorpresa. “Para nosotros y para ellos fue una buena forma de terminar con la grieta”, le expresaron a PERFIL desde el gobierno porteño.
Por Twitter, Fernández expresó una idea similar: “En la campaña electoral reclamé que levantaran las rejas que hoy distancian a la Casa Rosada de los argentinos. Hoy Horacio Rodríguez Larreta me transmitió su voluntad de retirarlas el 9 de diciembre. Muchas gracias por ayudarme a terminar con las divisiones y unir a la Argentina”.
Además, en la charla hablaron de la Ciudad en general y Alberto dio su visión de la situación económica compleja que heredará desde el próximo martes. Todo en un clima distendido.
Pasado y futuro. El jefe de Estado electo lo invitó a sumarse a la reunión que realizará en pocos días con todos los gobernadores. Larreta asintió y le expresó que concurrirá. En el encuentro también hizo su aporte Julio Vitobello, un histórico albertista, quien se transformará en secretario general de la Presidencia.
La reunión comenzó a gestarla hace un par de semanas el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, junto al dirigente peronista Juan Manuel Olmos y el presidente del bloque del Frente de Todos en la Legislatura porteña, Claudio Ferreño, de máxima confianza de Alberto. Los tres estuvieron ayer en la cumbre.
Peronistas, compartieron la Legislatura porteña en distintas etapas. Santilli y Ferreño estuvieron sentados en sus bancas, a metros de distancia, durante dos años. El Colorado era quien manejaba el bloque Diálogo por Buenos Aires, el macrismo de paladar negro apodado Nogaró, por el hotel donde se reunían; mientras que del otro lado del macrismo estaba Gabriela Michetti con los “Festilindo”, por la edad de sus integrantes. Ferreño fue uno de los animadores del primer bloque del Frente para la Victoria cuando Alberto era jefe de Gabinete. En ese entonces, Diego Kravetz, hoy jefe de Gabinete y encargado de la Seguridad del municipio de Lanús, lo presidía.
Por su lado, en 2005, de la mano del sindicalista Víctor Santa María, Olmos llegó a la Legislatura en la boleta que llevó al fallecido Elvio Vitali y presidió la Comisión de Presupuesto entre 2007 y 2009, en los dos años en que Santilli tuvo a su cargo la vicepresidencia de la Legislatura y el manejo de la “casa”. Se hicieron muy amigos y hasta compartieron viajes. Formaban una “mesa política” que dominó el Parlamento porteño y en la que estaban Kravetz, Cristian Ritondo, Alejandro Rabinovich, Raúl Fernández y Alvaro González, entre otros.
