Sin la presencia de su ex esposa, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, los familiares de Alberto Nisman asistieron al acto por el 21º aniversario del ataque contra la AMIA. Allí, se dejaron ver las diferencias que enfrentan a la familia a raíz de las derivaciones de la investigación por la muerte del ex titular de la UFI AMIA, de la que hoy se cumplen seis meses.
La hija, Iara Nisman, llegó pasadas las 9 de la mañana al corralito montado frente al estrado en el que se desarrollaría el acto conmemorativo. Fue acompañada en todo momento por el abogado de la familia Juan Pablo Vigliero. Recibió el saludo de los familiares de las víctimas de la AMIA, dirigentes políticos y comunitarios.
Con un breve paso por el estrado para depositar una rosa y encender una vela, símbolo de que el ex fiscal es considerado por los organizadores del acto como una víctima más del atentado, y la redacción de una carta que fue leída por la periodista Cristina Pérez, fue la responsable de representar a la familia.
En su texto, la hija de Nisman agradeció “el lugar dado en este homenaje” a su padre y agregó: “Por más que mi dolor sea más reciente, entiendo y comparto el largo camino de búsqueda y sufrimiento que ustedes llevan hace 21 años”. Dijo que vio “lo mucho que trabajó” su padre “para que se haga justicia” y señaló que él le contó “detalles e historias de familias detrás del atentado”.
Finalmente, solicitó, en nombre suyo y de su hermana menor Kala, que las “acompañen y ayuden a encontrar la verdad sobre lo que pasó” con su padre “sea cual fuere y sin dar importancia a las cosas que a veces se dicen para ensuciarlo, porque él no se puede defender y le restan valor a su esfuerzo y trabajo”.
Por su parte, Sara Garfunkel, madre del fiscal fallecido en circunstancias aún no esclarecidas, llegó y se retiró de forma separada a sus nietas, sin que se registrara un contacto. También estuvo presente Sandra Nisman, hermana de Alberto, quien, junto a su madre, se enfrentó fuertemente a Arroyo Salgado en una disputa que ha motivado un distanciamiento que muchos allegados avizoran como definitivo.
El nudo del conflicto familiar está en las cuentas y propiedades de Nisman que surgieron en la investigación por su muerte. Garfunkel y Sandra Nisman quedaron involucradas en una investigación de lavado que ellas creen fue motivada por la insistencia de Arroyo Salgado en llevar las pesquisas hacia las cuestiones patrimoniales.
La querella de la familia aún se mantiene, en lo formal, unida, pero desde la primera etapa de la causa Garfunkel y su hija Sandra han recurrido a consejeros legales propios. También mostraron diferencias con la estrategia elegida por Arroyo Salgado.