Este sábado se conoció de manera extraoficial que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner se encuentra internada desde esta mañana en la Fundación Favaloro por un chequeo médico que la tendrá allí hasta al menos las primeras horas del domingo.
El de hoy se trataría de un control que ya estaba pautado hace varios días atrás, pero que jamás comunicó la Casa Rosada.
Este no es un hecho aislado ya que desde hace un tiempo, la salud de la mandataria comenzó a manejarse como un secreto de Estado.
Algo similar pasó el 24 de agosto, cuando también corrieron los rumores, finalmente confirmados, sobre el control de salud al que se sometió Cristina Fernández de Kirchner en el Santorio Otamendi de la Capital Federal.
Es el mismo lugar en donde el 15 de julio nació su primer nieto Néstor Ivan, hijo de Máximo Kirchner y Rocío García, otro hecho sobre el que el oficialismo estableció un cerco informativo.
La Presidenta posee un cuadro de hipotensión permanente, lo que le suele generar cuadros de lipotimia que le requiere constantes controles de salud y reposo.
Un ejemplo de esto es lo que ocurrió en enero del 2011, cuando la Presidenta se desmayó en plena Casa Rosada. Era un día de mucho calor, letal para quienes padecen ese cuadro. En octubre del mismo año tuvo otro episodio similar.
"Falso positivo". A su cuadro de hipotensión, la mandataria agregó en enero del 2012, una operación de la glándula tiroides ya que los médicos habían diagnosticado un posible tumor maligno, que una vez realizada la operación fue rápidamente descartado.
Debido a la extirpación de la glándula, Cristina debe tomar una medicación de por vida para suplir sus funciones.
Luego de su viaje a Angola en mayo del año pasado, lugar al que sus médicos le habían desaconsejado viajar por las altas temperaturas, la jefa de Estado contrajo una gripe. En agosto del mismo año, suspendió un viaje a Jujuy por una lipotimia acompañada de mareos.
