Finalmente lo anunció. El ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, aseguró que será candidato a presidente de la Nación en las elecciones que se celebrarán en octubre próximo, y dejó abierta la puerta a una alianza con Mauricio Macri.
"Estoy ultimando los detalles de la presentación de mi candidatura presidencial. Tengo la decisión tomada", señaló en entrevistas publicadas por los diarios La Nación y Clarín.
Si bien es cierto que el ex ministro de Economía no mencionó la posibilidad de alianzas para sostener su postulación, opinó que sería un error que Macri compitiera por el mismo cargo. "El hecho de que haya una dispersión de las candidaturas favorece al Gobierno", aseguró, y sostuvo que "el diálogo está abierto con todo el mundo".
En declaraciones a Radio Mitre, el ex diputado Alberto Coto, hombre de confianza de Lavagna, explicó que “no hay negociaciones con el Macri, porque no se dan las condiciones”, pero aclaró que “es un espacio importante el que integra Mauricio, pero tienen que resolver ellos y no nosotros la voluntad de adherir a estos referentes”.
Coto dijo que “la estructura está” en relación a la fuerza que llevará a la Lavagna a la candidatura, y aseguró que se lanzará con un nuevo partido, que se conocerá antes de marzo. Además, adelantó, sin dar nombres, que hay intendentes y gobernadores, radicales y peronistas, que tienen intención de sumarse al espacio.
Lavagna aclaró que "esta decisión es independiente de si Kirchner o la senadora (Cristina Fernández) son candidatos; es independiente de las decisiones que pueda tomar cualquier otro candidato".
El economista restó importancia a las encuestas, que dan ganador a cualquiera de los dos potenciales candidatos oficialistas. "Yo tengo una que me da dos puntos por debajo de Cristina", afirmó.
El nuevo aspirante a la Presidencia subrayó que cumplió su palabra de no hablar de candidaturas en 2006, y reveló que sólo en las últimas semanas terminó de delinear su programa de gobierno y sus equipos.
El economista sostuvo que "la Argentina está ante una gran oportunidad, casi excepcional", pero para aprovecharla debe en primer lugar proteger el modelo delineado en su gestión.
"Desde abril de 2002 construimos un modelo que aportó crecimiento y empleo, pero eso fue sólo la base para el desarrollo social y humano. Yo debo transmitir la idea de una alternativa superadora porque creo que hay que proteger esa base", explicó.
Afirmó luego que la continuidad del buen rumbo económico no está asegurada. "Puede haber inercia económica por dos o tres años más, pero después se termina. En 2006, la presión tributaria creció 0,6% del PBI, mientras que el superávit cayó de 4,5% a 3,8% del PBI, con el agregado de que se está empezando a emitir deuda. Son luces amarillas", advirtió.
Lavagna criticó al Gobierno por lo que denominó "desvíos en lo institucional". "Se reimplantaron los poderes extraordinarios en el presupuesto, hubo un avance sobre los DNU (decretos de necesidad y urgencia) y sobre el Consejo de la Magistratura y existe una política de reelecciones ilimitadas", cuestionó.
"Esos temas afectan la base de crecimiento y ningún país democrático puede crecer cuando hay decrecimiento institucional", sentenció.
En cuando a su programa, consignó que "hay que terminar con la indigencia en los próximos cuatro años”.
"El próximo período tendrá dos desafíos: asegurar la base material y luego usarla para programas de desarrollo en el mediano plazo", resumió.