El confuso episodio en el que fue agredido Mauricio Macri durante su visita, el viernes pasado, al barrio marplatense de Belisario Roldán sumó una nueva denuncia. Una ex sargento y otra mujer que presenciaron la protesta denunciaron ante la Justicia que el operativo de seguridad desplegado por la Policía Bonaerense “falló intencionalmente”, y que con ello se intentó mandar “un mensaje a la gobernadora (María Eugenia) Vidal”, luego de las últimas medidas que tomó la funcionaria que impactaron en el manejo de la fuerza.
“No tengo dudas de que fue un mensaje cuasi mafioso a la gobernadora”, aseguró en diálogo con PERFIL Virginia Sosa, ex sargento de la Bonaerense. Respecto del operativo, la ex oficial aseguró que, desde su experiencia, notó que “hubo muy pocos efectivos para un evento semejante, no se cortaron debidamente las entrecalles y se utilizaron vallas de baja seguridad”. En Mar del Plata, los operativos de control están a cargo del comisario mayor Carlos Alberto Testini, jefe de la Departamental. Desde que asumió la gobernación, Vidal tomó medidas que afectaron la estructura del funcionamiento de la Bonaerense. Entre ellas, se destacan la purga de 1.600 policías acusados por irregularidades, el pedido de presentación de las declaraciones juradas a más de 6.300 oficiales y la quita de dos “cajas” que antes manejaba esa fuerza: la administración de las horas adicionales –llamadas “Polad”– y el control de las plantas de verificación vehicular. Sosa denunció ante PERFIL que durante la semana no quisieron tomarle declaración en los tribunales. “Me contacté el martes con el fiscal Lódola para presentar mi descargo junto con una compañera. Pero sólo nos escucharon, no tomaron nota y nos pidieron los datos de contacto. Querían saber qué sabíamos”, expresó. Recién el viernes por la mañana declaró ante el secretario de la fiscal Laura Mazaferri, quien fue acusada ayer por el juez federal Alfredo López –quien lleva adelante la causa– de “obstaculizar la investigación” de las pedradas al auto de Macri.
Otra denunciante, Miriam Colombini, asegura haber visto las pedradas contra el vehículo de Macri. “El fiscal Lódola me pidió que declarara con el jefe de la departamental, el comisario mayor Carlos Testini. Me negué, porque la declaración debe tomarla la fiscalía. El martes, después de declarar sin que registraran la charla, comenzaron a seguirme a la salida”, señaló a este dirio la mujer, quien denunció que su teléfono fue pinchado. “Hoy temo por mi vida”, confesó.
PERFIL se contactó con fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense, que desestimaron esta posibilidad. “Es muy difícil que liberen la zona. Si fuera así, habrían dejado pasar los micros que fueron contenidos antes de la llegada de Macri”, aseguraron.