Sindicalistas y empresarios que participaron de los primeros contactos con el candidato Alberto Fernández imaginan que marzo será el mes en que se definiría un acuerdo para frenar la inercia inflacionaria, con un compromiso tripartito. Según pudo reconstruir PERFIL en contacto con varios de los interlocutores del candidato del Frente de Todos, el objetivo sería que, luego de algunos compromisos previos entre empresarios, representantes de los trabajadores y una eventual administración de la principal fuerza opositora, en ese mes se avance sobre el compromiso de congelar precios y salarios.
El dato es importante, porque abre un margen de expectativa para que, previamente, los sindicatos puedan tener un espacio de negociación para pedir compensaciones por las paritarias vencidas y avanzar en algunas de las más importantes, que cierran antes o en ese mes. En una entrevista radial, Nicolás Trotta, quien coordina los equipos técnicos del Frente, admitió que la idea de avanzar sobre un acuerdo que congele precios y salarios está en la mesa, pero se excusó de dar más detalles porque aún no se conoce cuál sería la situación económica que, en caso de repetir la victoria de octubre, les tocará enfrentar.
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Compensaciones. En un evento organizado por la Pastoral Social de Buenos Aires hace dos semanas, Felipe Solá, un referente muy cercano a Fernández, había dicho que “hay que poner la cabeza en emergencia, cambiar la manera de pensar” y anticipó que, “excepto los valores constitucionales y éticos, todo lo demás tiene que estar sobre la mesa del pacto social”. El acto contó con la presencia de muchos referentes gremiales que, ante la consulta de este medio, admitieron que ellos también eran destinatarios del mensaje, y deberán deponer por un tiempo los pedidos de aumento que ya son de corto plazo en casi todos los gremios. Por caso, el conflicto de los aviadores de Apla y Uala surge porque reclaman un ajuste trimestral para el acuerdo 2018/2019 antes de sentarse a discutir una nueva paritaria.
Uno de los altos cargos de la CGT, que participó de la cumbre en Tucumán, donde se comenzó a escenificar la imagen de un presidenciable capaz de sentar a la mesa a los actores productivos que protagonizan la puja salarial, explicó que esperar hasta marzo permitiría que la mayoría de las paritarias de referencia estén cerradas o se hayan podido generar compensaciones “por el enorme retraso salarial que deja este año electoral”. Por esa razón, ya hay pedidos como el que lanzó Camioneros, que por intermedio de su secretario adjunto, Pablo Moyano, anunció que para fin de año aspiran a tener una paga adicional compensatoria de 20 mil pesos.
Otro gremio importante que marcó el camino de compensación, que está entre los pocos que pueden decir que han empalmado con el aumento de los precios, es La Bancaria, que alcanzó un acuerdo para llevar su salario de base a cerca de 60 mil pesos, además de contar hasta hoy con actualizaciones sucesivas que lo llevaron a un 46% de aumento y se proyecta llegar a los 50 puntos porcentuales para fin de año.
Otros gremios con menor margen de negociación aspiran a compensar en los próximos meses algo de lo que se perdió por la inflación y se ilusionan con que Alberto Fernández gane y cumpla el compromiso de mejora, antes de avanzar sobre una estrategia de estabilización tripartita que congele salarios y precios por un período de tiempo. Los gestos de unidad que muestran varios sectores gremiales, como el Frente Sindical, que se reunió con la mesa chica de la CGT o la CTA de Hugo Yasky, que anunció su intención de volver a la central peronista, son parte del camino de unidad que pidió el candidato Fernández, porque necesita cohesión para garantizar un compromiso referido a los pedidos salariales.