Acompañado por el núcleo opositor más duro de sindicalistas, legisladores e intendentes del PJ, el líder camionero, Hugo Moyano, encabezó este sábado una masiva movilización a la Basílica de Luján, que se realizó bajo el lema "Paz, pan y trabajo", y que incluyó una "misa ecuménica" encabezada por el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani. El prelado, señaló que "ninguno de los problemas se puede resolver sin la interacción entre el Estado y el pueblo", llamó a reconocer la "sana interdependencia" si se quiere lograr "un cambio positivo", y dejó además una clara alusión hacia el tema FMI al señalar que "nuestro pueblo tiene que ser artífice de su propio destino, sin tutelajes ni injerencias".
Si bien uno de los pedidos de la Iglesia para la convocatoria era que se dejaran de lado las pertenencias políticas y sectoriales, por lo que hubo muchísimas banderas argentinas, la presencia de miles de trabajadores camioneros con las remeras del gremio dejó en claro el obvio tono moyanista de la convocatoria, con Hugo y Pablo Moyano ocupando el espacio político central en un momento clave de sus problemas judiciales. Así los camioneros respetaron que Radrizzani quedara como el "único orador" de la movilización, pero cada gesto político, cada abrazo y cada palabra que dejaron al pasar fue un gesto concreto dirigido a la Casa Rosada, mostrando no solo el poder de convocatoria del Frente Sindical que componen junto a Sergio Palazzo, Ricardo Pignanelli, Hugo Yasky, Roberto Baradel y Walter Correa, entre otros, sino además la cercanía de todos ellos con el para Francisco.
"Es una movilización distinta a la que estamos acostumbrados todos los días. La Iglesia dio un mensaje a los trabajadores en esta situación tan delicada que están viviendo millones de argentinos con un modelo económico que sigue excluyendo. Ojalá que la homilía sea escuchada por el Presidente (Mauricio Macri) y dé respuesta a los problemas de la gente", subrayó Pablo Moyano. El dirigente opositor se preocupó por mostrar la cercanía con la Iglesia, señalando que el disurso de Radrizzani había sido "fuerte en lo político, porque la Iglesia sigue estando al lado de los que más sufren".
Frente a la tradicional Basílica de Luján, cuya Virgen es Patrona de la Argentina, Radrizzani fue el encargado de ponerle voz a la jornada religioso-sindical. "Nuestro pueblo debe ser artífice de su propio destino y no quiere tutelajes, ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil. Quiere que su cultura, sus procesos sociales y tradiciones religiosas sean siempre respetadas", sostuvo el monseñor, en clara alusión al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su homilía, el prelado envió un mensaje al Gobierno y remarcó que "hay que reconocer que ninguno de los problemas se puede resolver sin la interacción entre el Estado y el pueblo".
"Si realmente queremos un cambio positivo tenemos que asumir humildemente nuestra sana interdependencia. Pero interacción no es nunca sinónimo de imposición. El futuro de la Nación no está únicamente en manos de los dirigentes: está fundamentalmente en manos de nuestro pueblo, en su capacidad de organizarse para lograr este proceso de auténtico cambio", añadió el arzobispo de Luján.
Ante la atenta mirada y escucha de sindicalistas, legisladores e intendentes del PJ, el arzobispo de Mercedes-Luján concluyó sus palabras citando al papa Francisco: "No nos dejemos robar el entusiasmo. No nos dejemos robar la esperanza. No nos dejemos robar la alegría permanente. No nos dejemos robar la comunidad".
Antes de finalizar la misa ecuménica y tras cantar fuera de micrófono "Patria sí, colonia no" a tono con el público, Radrizzani destacó la masiva convocatoria: "Es un hormiguero de gente, dicen que están cerca de 800 mil personas, llegamos casi al millón".
Algunos de los dirigentes opositores que estuvieron presentes fueron los diputados nacionales Daniel Scioli, Eduardo "Wado" De Pedro, Felipe Solá, Daniel Arroyo y Fernando Espinoza; y los jefes comunales de los partidos bonaerenses de Merlo, Gustavo Menéndez; de Ituzaingó, Alberto Descalzo; de La Matanza, Verónica Magario; de San Martín, Gabriel Katopodis, y de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini; entre otros.
"Los dirigentes queremos que haya paz, pan y trabajo, que no son temas menores. Y de esto se sale en el 2019 a través de la democracia y hay que prepararse para que este Gobierno llegue con muletas, pero que llegue al 10 de diciembre del año que viene y nosotros trabajar para tener una propuesta superadora", manifestó Descalzó, quien destacó la "agenda en común" que tienen los intendentes con los gremios.
Fuente NA
HB