Aunque arrancó con el pie izquierdo por una filtración anticipada, el Gobierno intentará avanzar con el tejido de un documento de acuerdos básicos de políticas públicas con la oposición. Sin una fecha límite para cerrarlo, en el Gobierno aseguran que serán “pacientes” para intentar alcanzar “consensos” con buena parte de la oposición.
En ese marco, ayer a media mañana el presidente Mauricio Macri llamó a Sergio Massa por primera vez para hablar del tema. Ya lo había hecho anteayer con los precandidatos a presidente del PJ Federal, el salteño Juan Manuel Urtubey y el senador Miguel Angel Pichetto, y también con el ex ministro Roberto Lavagna.
Mientras tanto, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ideólogo del documento con la oposición, quiere tener “paciencia para construir los consensos”. “Lo importante es el mensaje de que queremos firmar un acuerdo entre todos”, se escuchó decir al funcionario.
Frigerio ya habló con varios gobernadores, entre ellos el socialista Miguel Lifschitz, de Santa Fe, el viernes, y avanzará con otros mandatarios provinciales en las próximas semanas.
La complejidad que existe en el caso de los gobernadores es que muchos de ellos, como Juan Schiaretti, de Córdoba, están en plena campaña electoral con la idea de “provincializar” y no se sumarían aún en estas semanas a un acuerdo de este tipo. Por ello, en el oficialismo hablan de que hasta junio, al menos, podría dilatarse el documento.
“Hay ansiedad mediática pero nos vamos a tomar todo el tiempo necesario para cerrar el acuerdo”, destacan en Casa Rosada. “Vamos a seguir charlando para avanzar o encarrilar en los casos en que no se dio de la mejor manera inicial el diálogo por haberse filtrado antes de tiempo”, describen en el oficialismo.
También Frigerio le pidió a su amigo Emilio Monzó, titular de la Cámara de Diputados, que encare un diálogo con el kirchnerismo vía Agustín Rossi para ver si estarían en condiciones de sumarse. No hay mucha esperanza en el oficialismo pero prometen que harán un intento con el ex ministro de Cristina.
Uno a uno. En este contexto, el propio Macri se puso al frente de los diálogos. El viernes habló con Pichetto y Urtubey, de quienes obtuvo una buena recepción, pero no le fue tan bien con Lavagna. El ex ministro de Economía le pidió que aplique “un método de consenso” para avanzar con el documento. “Le dejó en claro que la convocatoria que hizo es electoralista y marketinera”, destacaron en el entorno de Lavagna. En el macrismo revelaron que el Presidente tuvo que escuchar las teorías del ex funcionario sobre cada uno de los diez puntos. “En lugar de entender que lo importante es el acuerdo en sí, y no importa tanto el contenido”, replicaron en Casa Rosada.
Por su lado, ayer, cerca de las once y media de la mañana, Massa recibió una llamada desde la quinta de Olivos. “La convocatoria no es para enterarse por los diarios ni para hablar por WhatsApp”, fue una de las frases con las que arrancó la charla el ex diputado del Frente Renovador con el Presidente.
La comunicación duró más de 30 minutos y hubo tiempo para que Macri le reprochara insistir con que el Gobierno fracasó. “Tenés una mirada sesgada y no reconocés los esfuerzos que hicimos”, le dijo el jefe de Estado.
Massa insistió con que no había dudas de que Cambiemos fracasó. El hombre de Tigre le pidió que hiciera una convocatoria formal y por carta a todos los líderes políticos sin exclusiones y hacerla extensiva a gobernadores, dirigentes sociales, económicos y sindicales. Además, le reclamó que no fuera una convocatoria con fines electorales y que fuera un verdadero compromiso para afrontar los próximos cinco meses “con el objetivo de que la crisis no sea irreversible”.
El ex diputado adelantó a su círculo íntimo que se sentará con los funcionarios siempre y cuando en las próximas semanas haya una apertura real para discutir distintos temas. El candidato presidencial pretende esquivar una foto que lo haga aparecer como aliado, por lo que aceptará el diálogo si en la mesa participan dirigentes kirchneristas y sindicalistas peronistas como Hugo Moyano.