Mientras descansa en su quinta familiar Los Abrojos, el presidente Mauricio Macri espera la elección de hoy domingo 11 de agosto con una certeza: hace seis meses siquiera hubiera podido pensar en ser competitivo en medio de la crisis económica. Por ello, todas las encuestas registraron, de manera inequívoca, un alza sostenida de la imagen presidencial. Con esa “película”, la “foto” para el equipo que comanda el jefe de Gabinete, Marcos Peña, marca un escenario de paridad o derrota por no más de tres puntos.
En ese marco, en el oficialismo esperan un voto “debajo del radar” que no pudo ser registrado en los sondeos de opinión pública, ya sea por un “voto vergüenza” o porque ese electorado forma parte de alrededor del 15% de indecisos que podrían decidirse en las últimas horas antes de las elecciones.
Ese universo, difícil de encuadrar, fue uno de los focos de la campaña de viralización por redes sociales y, en especial, por teléfonos celulares “uno a uno” que armó Peña con su equipo de colaboradores, bajo la hipótesis de que la opinión de un familiar ante un indeciso puede ser mucho más decisiva que cualquier spot.
Así, en el Gobierno se esperanzan con un buen sprint final que les permita quedar muy cerca de la fórmula Fernández/Fernández, también producto de la hiperpolarización que podría sumar, entre ambos candidatos, más del 75% de los votos válidos emitidos hoy.
Sin embargo, entre los temores que aparecen están una diferencia a favor del kirchnerismo por más de cinco puntos y, en cualquier escenario, que la oposición termine por arriba del 41%, lo que la acercaría a ganar en primera vuelta en octubre. Por ello, el desempeño de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires será un factor decisivo. Al igual que en 2015, donde fue la gran sorpresa y su victoria en octubre de ese año le permitió a Macri ingresar al ballottage con un impulso que de otra manera no hubiera podido tener, el territorio bonaerense determinará el resultado final nacional. ¿Axel Kicillof podrá sacar una buena diferencia o la gobernadora quedará a menos de cuatro puntos? Vidal suele afirmar que sería “muy difícil” que ella gane y que no lo haga el Presidente. Es cierto: pasó con Carlos Ruckauf en 1999 y Fernando de la Rúa, pero no volvió a ocurrir en 20 años. De esa respuesta también se podrá entender qué ocurrirá con la fórmula Macri-Pichetto.
El desempeño de Vidal en la provincia de Buenos Aires será un factor decisivo
De todas formas, en la “mesa chica” del Presidente, tanto Peña como el asesor Jaime Duran Barba aseguran que la suba sostenida de la fórmula oficialista podría aventurar una buena elección en las primarias y una victoria en octubre en primera vuelta. Es más: creen que las opciones de centroderecha como José Luis Espert y Juan Gómez Centurión terminarán confluyendo, en cuanto a sus votantes, en buena parte al macrismo para consolidar un voto útil que impida el regreso de CFK al poder. “Es un voto claramente anti K”, lo definen en la Casa Rosada. No está tan claro, en las usinas oficialistas, el voto de Roberto Lavagna. Algunos hablan de un 60% anti K, otros un poco más. Lo cierto es que la tercera fuerza, la avenida del medio, quedará presa de la hiperpolarización que supuso esta campaña.
El futuro. En el camino a octubre, el resultado de las PASO será clave. Es que la reacción de los mercados el lunes, en particular con respecto al dólar y los bonos, serán el primer test real para el Gobierno. En este marco, la estabilidad macroeconómica y la tendencia a la baja de la inflación en los próximos dos meses y medio de campaña seguirán teniendo un rol fundamental en la campaña del oficialismo. Pero también la contención de los sectores más dañados por la crisis.
Entre los desafíos que tendrá, hacia octubre, el equipo de Peña preparará las propuestas que llevará Macri. Además, los dos debates que mantendrá, de manera obligatoria por ley, con el resto de los candidatos que logren superar el piso del 1,5% de las primarias.
Con todo, en el oficialismo confían en ganar adeptos entre las elecciones de hoy y octubre, tal como ocurrió en 2015 y en 2017. “A ellos (por el kirchnerismo) les cuesta mucho conseguir nuevos votantes, su núcleo duro va a votar siempre en cualquier elección”, recuerda uno de los candidatos a diputado en diálogo con PERFIL. Y agrega que Daniel Scioli apenas pudo sumar unos 60 mil votos entre ambas elecciones. “Si queda parejo hoy, tenemos todo para poder darlo vuelta en octubre y ganar”, concluye la misma fuente. Los números tendrán la última palabra.