La ministra porteña de Desarrollo Humano y Hábitat, María Migliore, busca romper el prejuicio de que en el PRO la política social es un tema menor. Choca de lleno cuando referentes de su espacio hablan de “piqueteros” o “planeros”. “Soy una convencida del valor que hay en quienes habitan en los barrios populares. Elijo trabajar todos los días para generar oportunidades y que valga la pena el esfuerzo que hacen en estos barrios”, se define.
Tiene sus oficinas en Ciudad Oculta. Es parte de su día viajar de la villa Rodrigo Bueno, atrás de Puerto Madero a Villa Lugano, a la 1-11-14, a la 31 y a la 21-24. “Paso muchísimo tiempo arriba del auto, yendo de acá para allá”, dijo en diálogo con PERFIL desde sus oficinas en el ex Elefante Blanco. “Pero lo aprovecho para hacer llamadas, zooms y hablar con distintas personas”, explica.
Le molesta mucho dos cosas de su trabajo: que la desmerezcan por ser mujer y que piensen que por ser del PRO ella no puede hacer política social. “Pertenezco a un espacio político que tiene una decisión bien fuerte de avanzar en la urbanización de los barrios populares, a partir del fortalecimiento de la economía social y popular”, remarcó para explicar de dónde viene y hacia dónde va.
Este hilo me gusta mucho. Demuestra la tierra de oportunidades y de integración que sigue siendo, aún con las dificultades que atravesamos, la Argentina. https://t.co/3bCq6pCmAY
— María Migliore (@MariaMigliore) August 27, 2021
Nació en una familia de clase media en Bella Vista. Fue a un colegio católico que le permitió ver cómo se vivía en la pobreza. Empezó a tener contacto con curas villeros y a trabajar con ellos. A partir de ahí, se acercó al peronismo. “Lo religioso pasaba por el compromiso social. Desde muy chica me proponían laburar en comedores, hogares de ancianos. Ahí empecé a compartir con quienes vivían en los barrios. Es una experiencia que me marcó mucho”, recordó.
Entre 2006 y 2009 estudió Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina (UCA), y fue presidenta del Centro de Estudiantes. “Teníamos elecciones todos los años, armamos un grupo con distintos amigos y amigas. Se llamaba Impacto y yo fui presidenta”. Ahí conoció a Juan Maquieyra, con quién caminó sus primeros pasos en el mundo PRO.
“Nos conocimos en la facultad. Nos hicimos muy amigos. De a poco en esa época le dimos forma a eso que queríamos armar, una política que ponga primero la transformación social”, explicó sobre su vínculo con el actual asesor de Rodríguez Larreta.
Su primer acercamiento fuerte a la gestión fue en 2016 cuando fue designada como gerenta general del Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC). El presidente en aquel entonces era Maquieyra.
En diciembre de 2019 Migliore asumió como ministra y en febrero de este año Maquieyra quedó como jefe de asesores de Rodríguez Larreta. En Uspallata se entendió este movimiento en dos direcciones: avanzar en la urbanización e integración de los barrios populares y trabajar en el perfil dialoguista del jefe de Gobierno, pensando en las elecciones que venían por delante.
"De a poco en esa época le dimos forma a eso que queríamos armar, una política que ponga primero la transformación social”, María Migliore
Desde la gestión busca darle “una representación popular al PRO”, según dijo en una entrevista a Letra P. Para eso trabaja con La Popular, una organización social que tiene representación en las distintas villas de la Ciudad. PERFIL le consultó qué pensaba sobre la legalización del consumo recreativo del cannabis y eligió no contestar. Tampoco tomó posición en público en 2018 y 2020 mientras se debatía la legalización del aborto.
-- ¿Qué valorás del peronismo?
Yo vengo de una familia que no es política. En los barrios en los que yo trabajaba siempre había presencia del peronismo. Mi acercamiento a los barrios se dio desde ese lugar. Después milité en distintos espacios. Si bien reivindico la capacidad que tiene el peronismo de sentir y acompañar a un sector social, ha hecho la transformación más grande de la historia argentina, hoy perdió su capacidad de transformación. Veo en este espacio (Juntos por el Cambio) la posibilidad de dar respuestas concretas más transformadores.
Mientras tanto, la pobreza crece
Mery recibió un Ministerio caliente, de la mano de Guadalupe Tagliaferri, con la pobreza creciendo y la poca actividad económica frenada. En la Ciudad de Buenos Aires hay 7.251 viviendo en la calle, según el último relevamiento anual realizado por organizaciones de la sociedad civil, la Defensoría de la Ciudad y la Auditoría General porteña. De estas, 871 son niños, niñas y adolescentes y al menos 40 mujeres embarazadas.
Además, 5.412 no tenían acceso a paradores ni a establecimientos con convenio con el Gobierno de la Ciudad, y duermen en la calle. Entre 2019 y 2020 la población pobre en la Ciudad de Buenos Aires pasó del 9,8% al 13,6%, según las cifras del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA. En 2017 era de 7,8%. El crecimiento fue más abrupto en la indigencia, donde casi se duplicó entre 2019 y 2020, cuando pasó del 2,4% al 4,1%. En 2017 era de 2,1%.
El referente de la Coordinadora Desde Abajo, Rodrigo Segovia, está convencido que “el 20% de la población en la Ciudad de Buenos Aires”. “Es gente que está en riesgo de situación de calle, tiene problemas para pagar el alquiler, la vivienda se le cae encima, vive en lugares contaminados donde los servicios no sirven, hay gente durmiendo en la calle en los pasillos de las villas, eso está pasando ahora en la Ciudad de Buenos Aires”, dijo el referente social el 20 de agosto en un “colchonazo” para visibilizar a las personas en situación de calle.
Para dejar atrás esta realidad desesperante, Migliore entiende que “la Argentina necesita encontrar un rumbo de desarrollo productivo que pueda sostenerse a lo largo de los años. Esa es la primera cosa que necesitás para pensar un proyecto estructural. Es verdad que cuando esas variables están estabilizadas es necesario consolidar eso con un crecimiento de la economía social pensada en clave económico-productiva, y que vincule al sector popular, al productivo”.
“La Argentina necesita encontrar un rumbo de desarrollo productivo que pueda sostenerse a lo largo de los años", María Migliore.
Parte de esto es lo que hizo en el Barrio Rodrigo Bueno. Se trata de la construcción de 611 viviendas, con la infraestructura básica (agua corriente, electricidad, cloacas y pluviales). Además contempla la destrucción de las casas una vez que la familia se mude. Esto es “para abrir calles y pulmones de manzana”. Hasta la última semana de agosto, “416 familias se encuentran mudadas y 126 viviendas están finalizadas pendientes de mudanza. Actualmente se está ejecutando la apertura de tres nuevas calles en el barrio, gracias a la demolición de 225 viviendas del macizo”, según la información oficial del Gobierno porteño.
“La mejor muestra de eso es que en la Ciudad en los últimos años se hizo la inversión más grande desde que volvió la democracia hasta ahora, en ese sentido. Me siento parte de un proyecto que elige todos los días transformar la realidad de quienes viven en los barrios populares”, dijo Migliore a PERFIL.
Gestionar la pandemia
Como todos los funcionarios y funcionarias que asumieron el 10 de diciembre de 2019, a las pocas semanas de gestión Migliore se encontró de lleno con una pandemia, que no estaba en sus planes gestionar.
“Fue una experiencia política más que me demuestra que se pueden conseguir acuerdos en pos de conseguir objetivos concretos. No alude a las diferencias, que son sanas tenerlas, pero para mi, la integración de los barrios populares, y la sanción de la ley de Economía Popular me parecen ejemplos de que es posible generar consensos que vayan más allá de los espacios políticos”.
En abril, la ministra ocupó un lugar en el centro de la escena. Defendió a Daniel Arroyo en la polémica por la licitación de arroz y azúcar con un precio por encima del de mercado. "Daniel (Arroyo) es una persona honesta que esta haciendo un gran trabajo. Será la Justicia quien determina", dijo en su momento, cuando un sector de su espacio político hablaba del primer caso de corrupción del Gobierno del Frente de Todos.
A más de un año, destacó: “Si bien con Arroyo puedo tener diferencias en algunas cosas puntuales, reconozco que es una persona que en un momento muy complejo pudo gestionar un Ministerio, aumentar la cobertura alimentaria, trabajar en consenso más allá de lo político. Es justo y bueno reconocerlo”
Otro momento de tensión fue a fines de abril cuando el virus penetró en las villas de la Ciudad. El 30 de ese mes se habían registrado 124 casos, estos representaban el 11% del total de los infectados en la Ciudad, según la información del Gobierno porteño. El 2 de mayo fue la primera muerte en la Villa 31. Era una mujer de 84 años que estuvo 12 días internada, también, la madre del primer infectado.
"Daniel Arroyo es una persona que en un momento muy complejo pudo gestionar un Ministerio, es justo y bueno reconocerlo", María Migliore
Dos días después los casos en las villas eran 223, el 17% de los contagios porteños. Se destacaban 113 infectados en la 31 y 67 en la 1-11-14. Diez días después, todo se había potenciado. Había 685 casos en los barrios populares, el 32,6% de los totales. En la 31 eran 511 y en la 1-11-14, 143.
“Pusimos una estrategia que fue consistente. Estamos enfrentando un virus inédito. Dimos las mejores respuestas que pudimos en esos momentos”.
CP
