Gabriel Mariotto aseguró hoy que sigue poniendo "las manos en el fuego" por Amado Boudou, procesado en el Caso Ciccone, pero ironizó que, "para eso, se inventó" la crema cicatrizante "Pancután, de última".
"Cuando yo era pibe, iba al colegio y la preceptora nos decía: '¿Ustedes ponen las manos en el fuego por el compañero tal?' Y sí... nosotros ponemos las manos en el fuego por todos los compañeros porque es una cuestión de actitud. Para eso, se inventó el Pancután, de última", dijo el vicegobernador bonaerense.
"Uno no es infalible, comete errores, es fácil andar juzgando, pero hay que ponerse en el lugar del otro a la hora de juzgar. Yo no sé si el vicepresidente es culpable o no; lo que sé es que al hombre lo han buscado por el rol que tuvo en la estatización de los fondos de las AFJP", completó el funcionario en diálogo con Radio América.
Así, Mariotto adhirió a la teoría kirchnerista de que el procesamiento del vicepresidente -por presuntas negociaciones incompatibles con la función pública en el Caso Ciccone- obedece a una "vendetta" del Grupo Clarín, ya que Boudou fue el cerebro de la reestatización de las empresas jubilatorias, negocio del cual participaba el multimedio.
"Ahora, la Justicia dirá si es culpable o no de todo de lo que se lo acusa, pero sé los móviles políticos. Ahora, más allá de las responsabilidades porque los funcionarios tenemos que dar la menor cantidad de flancos posibles para llevar adelante las políticas que confrontan con poderes que son durísimos a la hora de domesticar", concluyó el vicegobernador.
Mariotto es uno de los pocos oficialistas que sigue "bancando" al marplatense: Varios kirchneristas dejaron de defenderlo públicamente, otros pidieron su licencia, y algunos llegaron a retirarle el saludo, como hiciera el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.