POLITICA
POLÍTICA ECONÓMICA

Massa está entre las urnas, el FMI y la inflación

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Corte de cinta. Ayer en el paso bajo nivel de San Fernando. | MECON

La semana empezó con gestos políticos y terminó de la misma manera para el ministro de Economía, Sergio Massa.

La imagen del titular del Palacio de Hacienda con el gobernador electo en Salta Gustavo Sáenz como otras que reflotaron el armado del Frente Renovador,  en el corto camino hacia octubre.

Luego vinieron otras señales, tal vez de campaña, con intendentes y acercamientos con empresarios Pyme sobre los que su entorno espera cimentar chances electorales que, en las últimas horas parecen desinflarse (ver página 3) a pesar de los dichos de la vicepresidenta Cristina Kirchner que llevaron al propio ministro a disparar: “Cuando muchos se escondían abajo de la cama, yo me hice cargo”.

Por delante quedan dos ejes claves para el que el ministro también se haga cargo. Por un lado, el probablemente también lapidario índice de inflación de mayo, que se conocerá al filo de la quincena de junio y que se encamina, de acuerdo con las proyecciones privadas, hacia dos dígitos de aumentos generales y dos dígitos, otra vez, donde más duele, la canasta básica.

Mucho de esto dependerá del derrotero que tenga en los últimos días de mayo el tipo de cambio. Ayer, el blue volvió a trepar y le pone presión a los precios, las reservas del Banco Central y a los financieros que siempre van de la mano, en definitiva, de lo que pasa con la cotización marginal.

El otro eje es el desembolso, aún pendiente, del FMI.  La ausencia de obligaciones a saldar en las próximos cinco semanas quita urgencia desde el punto de vista legal y operativo dado el esquelético respaldo que hoy puede ofrecer el BCRA.

Con todo, el equipo económico quiere acelerar los tiempos para desinflar las malas expectativas.  

En ese sentido tiene a favor haber acelerado la quita de subsidios, pero ahora debe explicar la letra chica de las intervenciones en el mercado. Todo eso con el objetivo de obtener no solo más flexiblidad en las auditorías sino un “bonus track” que permita paliar los cerca de 20 mil millones de dólares que no ingresarían por la sequía.