Henry de Jesús López Londoño, conocido popularmente como "Mi Sangre", fue sometido la semana pasada al juicio donde se dispuso su extradición fue a los Estados Unidos. A horas de conocerse la determinación del juez federal Sebastián Ramos, el colombiano accedió hablar con Perfil.com para analizar la sentencia, revelar el futuro de la causa y resaltar los argumentos que no fueron considerados.
Desde la cárcel de Ezeiza, donde se encuentra detenido desde hace tres años y medio, responde López Londoño responde a cada una de las preguntas de un modo detallado y siendo sumamente educado.
En principio, el colombiano aclara que el dictamen de Ramos no le cayó como sorpresa. "No es nada que no hubiéramos estado esperando", considera y explica que el juez "desde hace tres años no tuvo ningún reparo en hacernos saber que iba a tomar la decisión de extraditarme". Ante esto, remarcó que quiso sacarlo de la causa ya que, según su visión, el magistrado "estaba absolutamente parcializado".
Asilo. Sin embargo, pese a considerar el fallo como "respetable", López Londoño remarca uno de los puntos claves que el juez federal no consideró a la hora de concluir en la extradición: El detenido cuenta con "asilo territorial". "Hay temas que yo no había querido poner ante la opinión público antes, pero que en el juicio yo resalto, y es que tengo asilo territorial asignado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y por el Poder Ejecutivo argentino asignado en 2008", explica.
El asilo, según manifiesta López Londoño, se basa en que se ha "reconocido el temor de persecución política" y argumenta que esto impide la extracción a Estados Unidos o Colombia.
"La policía colombiana, en combinación con la DEA, me han armado una causa por narcotráfico para poder perseguirme políticamente. En el desarrollo de esa causa (...) se intervinieron teléfonos de gente muy cercana a mi. Y parte de esas personas gracias a esas interceptaciones, fueron inmovilizadas en puestos de control de la policía y desaparecidas forzosamente. Hasta el día de hoy, once años después, no volvieron a aparecer", manifiesta.
Para Londoño, basandose en esos antecedentes, en caso de ser extraditado existe riesgo de torturas, de tratos inhumanos o de que se ponga en riesgo su vida. "Tengo temor por todo", confiesa.
"Las autoridades competentes para los temas de asilo reconocieron que esa causa me la armaron para perseguirme políticamente
En el armado de la causa hay desapariciones y desplazamientos forzados y homicidios selectivos. Es lógico que tenga temor de llegar a Estados Unidos donde seguramente no pueda contar las garantías para mi vida, para mi seguridad y para mi defensa", sostiene.
Fallo. En relación al dictamen de Ramos, López Londoño consideró que no sabe "porque el juez no las respeta o las ignora" las pruebas basadas en el asilo territorial y enfatizo en que los motivos de la resolución del magistrado paradojicamente aún no se conocen.
"Dentro de la lógica uno creería que a los planteos que hizo la fiscalía y los de la defensa, el juez los analizaría, los resolvería y después tomaría una decisión. El día del juicio, el juez tomó la decisión de extraditarme pero pidió 8 días para ir hacer el análisis de lo que nosotros dijimos", marcó el colombiano.
"Como puede ser que tomo una decisión y pidió ocho días para ir estudiar el caso, y exponer los motivos por los que nos nego. Tendría que haber hecho primero el análisis de los argumentos y después tomar la determinación", remarcó, aunque aclaró que la forma de criticar un fallo judicial no es en los medios de comunicación sino en derecho". "Haré la apelación ante la Corte Suprema", anticipó.
"Lo más grosero que se da en este caso es la forma en la que el juez cita a juicio y como se desarrolla. El juez estaba impedido para citar a juicio. El Código Procesal Penal exige desarrollar unos planteos que la defensa dice que él aceptó que son de previo y especial pronunciamiento y el juez tenía que dar tramite. Hasta que no estuvieran firmes, el Código le impide poner fecha para el juicio", manifestó Mi Sangre.
Otra de los puntos particulares que remarca López Londoño se basa en "expedientes que el juez aceptó como prueba" y que, al momento de iniciar el juicio, "estaban alterados y faltaba el 30 por ciento". "Lo desaparecieron vulgarmente", reveló y consideró que a Ramos "no le importó".
"Como se puede entender que justo desaparezcan en el expediente los elementos que prueban la conexión entre la Policía colombiana y mi pedido de extradición", manifestó.
"Confio en los jueces y en la Corte Suprema. No puedo perder la confianza en la Justicia, si no, ¿Qué me queda?", manifestó el detenido, quien sostuvo que "Dios me vino abriendo caminos en mi defensa".
Por último Londoño descartó todo tipo de riesgo de fuga y consideró: "Si esa hubiera sido mi intención no me hubiera ido con la cédula en la mano a ponerme a disposición de las autoridades argentinas".
* De la redacción de Perfil.com | Twitter: @hernangsoto
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