POLICIA

La fiscalía pidió la extradición y "Mi sangre" insiste en que es un perseguido político

El colombiano quiere evitar ser extraditado a Estados Unidos y acusó a la agencia antidrogas norteamericana de "armar una causa" en su contra.

Mi Sangre fue condenado a 30 años de prisión en Florida
Mi Sangre fue condenado a 30 años de prisión en Florida | Cedoc

La fiscalía del juicio pidió este martes que se extradite a los Estados Unidos al sindicado narco Henry de Jesús López Londoño, quien se declaró víctima de una persecución política de la Policía de su país y la agencia antidrogas norteamericana DEA.

En medio de un gigantesco operativo de seguridad, el juez federal Sebastián Ramos inició el juicio oral en la sala de audiencias SUM del edificio de los tribunales federales de Retiro. El fiscal Diego Iglesias consideró que "el requerimiento del Gran Jurado de Florida cumple con todos los requisitos" para que el acusado sea puesto a disposición de la Justicia estadounidense.

Desde la mañana, a las 9, y hasta esta noche, "Mi Sangre" insistió en rechazar las acusaciones en su contra: afirmó que es "un perseguido político" y acusó a la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, de "armar una causa" en su contra. 

Estos argumentos ya habían sido planteados por el acusado y su defensa en la tramitación del caso donde solo debe resolverse si se dispone la extradición del colombiano a los Estados Unidos.

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La fecha inicial de este juicio había sido fijada para el 21 de noviembre de 2013, pero por sucesivos recursos de las defensa fue pospuesta y el juez Ramos advirtió que esta vez "no se admitirán más postergaciones".

López Londoño ingresó al país a fines de 2011 con su mujer e hijo, se desplazaba "con custodia" y vivía "saltando de country en country o barrios de chacras para no ser detectado", según informó cuando lo detuvieron, en 2012, el entonces viceministro de Seguridad, Sergio Berni.

"Mi Sangre" fue uno de los lugartenientes del jefe paramilitar Diego Murillo, alias "Don Berna", extraditado a Estados Unidos junto a otros jefes en 2008.

Antes de pasar por Argentina estuvo en Brasil, Venezuela, Panamá y Paraguay -donde casi fue arrestado pero se salvó por la crisis política por la destitución del presidente Fernando Lugo-, y planeaba instalarse en Ecuador, se informó en Bogotá.

Está acusado de integrar "Los Urabeños", una banda de paramilitares vinculada al narcotráfico y considerada de las más peligrosas de Colombia, junto a "Los Rastrojos", el "Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo" y las "Aguilas Negras".

Habría actuado en las regiones de Antioquía y del Golfo de Urabá, próxima a la frontera norte de Colombia, en el desarrollo de rutas internacionales de tráfico de cocaína hacia Panamá y Venezuela, según fuentes policiales.