POLITICA
Fuga de los Lanatta

Narcoefedrina: el negocio de los Zacarías, Lanatta y la protección de Gendarmería

Los prófugos debían declarar en febrero en la causa de narcotráfico contra exfuncionarios. La relación con Aníbal Fernández.

Fuerzas de seguridad siguen buscando a Lanatta y Schillaci.
| Télam.

El día 11 de la fuga más inquietante de los últimos años del país, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, estaba por encabezar la ceremonia para nombrar al Director y Subdirector de Gendarmería Nacional. Esa mañana, del jueves 7 de enero, sonó el celular de su asistente que le pasó raudamente el aparato. Alguien le dijo que había novedades con los hermanos Lanatta. En la Escuela de Gendarmería “General Don Martín Miguel de Güemes” la aguardaban el Comandante General Gerardo José Otero y Federico Eugenio Sosa. A pesar de que los hermanos Lanatta se estaban tiroteando, supuestamente, en ese mismo momento con efectivos de Gendarmería, en la provincia de Santa Fe, la ministra recibió la información desde las altas esferas del Poder Ejecutivo.

El accionar de los servicios de inteligencia que vendieron “pescado podrido” al gobernador jujeño, Gerardo Morales haciéndole creer que Milagro Sala tomaría la gobernación le terminó costando la vida a 43 personas. La mañana del 7 de enero, la inteligencia de Gendarmería miró para otro lado. A Otero lo ascendieron luego de haber sido jefe de Compras de la fuerza y ex Director de Operaciones Logísticas. Justamente, la logística fue lo que falló en Jujuy. El General Otero siempre estuvo apadrinado por los Caserotto. Rubén Caserotto fue Director de Contaduría, su hermano mayor –médico- fue procesado por delitos de lesa humanidad. Pero el que era íntimo de Néstor Kirchner era Roberto Caserotto.

“La relación con Chocho se rompió porque un pariente político suyo –cuenta la fuente desde el sur argentino— le rompió la cara cuando se enteró que guardaban bolsas con falopa en la casa de la chilena”. Las fuentes consultadas en la fuerza, aseguran que Roberto Caserotto –alias Chocho— es el padrino político del actual titular de Gendarmería Nacional. “Chocho” fue uno de los “felices propietarios de tierras fiscales en El Calafate”. En el 2005 lo sacaron de la provincia de Chubut, Esquel, tras chocar, en estado de ebriedad, una columna de alambrado. Durante la “década ganada”, según dos fuentes consultadas, Caserotto, habría garantizado el traslado de camionetas oficiales de Gendarmería desde el norte argentino hasta la Patagonia sin que fuesen requisadas. ¿El motivo? “La droga la sacaban todos los meses, siempre, lo hacían sistemáticamente, era coca”, explica el ex familiar político de Caserotto a Perfil.com.

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En la siguiente secuencia fotográfica –que publicó el portal PeriodismoyPunto— posan, en el balcón de Casa Rosada, Mario Alberto Clemente y Miguel Zacarías. Ante la jueza María Romilda Servini de Cubría que investiga el tráfico de efedrina en el país, los Zacarías negaron conocer al empresario titular de Emerger SA. La foto tomada el histórico 24 de marzo del 2006 demuestra lo contrario. Detrás se asoma “Chocho” Caserotto, el influyente gendarme de Cristina recordado por sus alocadas visitas al boliche Discoven en Esquel, Chubut.

Emerger es una empresa de ambulancias de seguridad, radicada en la provincia de Santa Fe. Operaba en varios aeropuertos claves como El Calafate, Puerto Iguazú, Río Gallegos y Rosario. “¿Quién controla las ambulancias en los aeropuertos?”, se pregunta un experto en tráfico de estupefacientes que conoció a dos de los hermanos Zacarías.

A Martín Lanatta lo terminaron apresando al norte de la capital santafecina. La noche anterior, la justicia había allanado el majestuoso chalet de Luis Zacarías en Coronda. Un vecino suyo en el barrio de Palermo recuerda, ante Perfil.com que en el cumpleaños de 15 de su hija, “tiraron la casa por la ventana, nos sorprendía el nivel de ascenso social que tuvo Luis, ese día estuvo Aníbal Fernández y pasaron un video de Cristina saludando a la familia”. Luis fue secretario privado de Cristina. Cristina es Kirchner.

La jueza Servini de Cubría sospechaba que los Zacarías desembarcaron en el Sedronar de la mano del procesado José Luis Granero, ex odontólogo de Néstor Kirchner, que y contaban con protección de un grupo de gendarmes de confianza. Ellos les habrían garantizado la logística para el traslado de lo que sea. Los Lanatta debían declarar en esa causa en febrero próximo. Aparecieron cerca, muy cerca como diría Fito Paez, pero de Coronda. El chalet con bajada exclusiva al río Paraná fue allanado la noche anterior a la detención de Martín Lanatta. Al condenado por el triple crimen no lo halló la Gendarmería sino la casualidad, un bache y la valentía de un par de vecinos de la zona. No son pocos los que aseguran que el GEOF trabajó independientemente de las órdenes recibidas por Gendarmería. “Le desconfiaban y tenían razón”, explica una fuente vinculada a la Policía Federal. Hasta un tuitero –se trata de @Mao_Peron— ofreció a las autoridades nacionales mejor información que ciertos uniformados.

Luis Zacarías es socio de Mario Alberto Clemente en CNVP SA constituida, según boletín oficial de Santa Fe, en octubre del 2013. Clemente también es titular, además de Emerger SA, de la empresa JAMA SA (radicada en Santa Fe, CUIT 30-70973069-6) junto con Javier Alberto Ramón Sveda casado con Claudia Inés Clemente.

Todos rezan para que el “soldado” Lanatta no rompa el protocolo y se quede callado. Ya habló una vez con Lanata, con una T. La segunda lo hizo ante la justicia. La tercera puede significar jaque mate para “la morsa”.

(*) Especial para Perfil.com | @luisgasulla