El ex ministro porteño de Educación Mariano Narodowski confesó hoy que siente "bronca" por el caso del espionaje en la comuna metropolitana porque "tenía un plan para cuatro años" de trabajo pero se tuvo que ir "por (el espía) Ciro James".
El ex funcionario hizo declaraciones a la prensa al salir de la audiencia de ampliación de declaración indagatoria que cumplió esta mañana ante el juez federal Norberto Oyarbide, al frente de la causa en que se investiga si en el Gobierno de Mauricio Macri funcionó una red de espionaje ilegal.
"Contesté todas las preguntas, que no fueron muchas", confió Narodowski e insistió con que James, ex subordinado suyo en la cartera educativa, "no era una persona allegada a mí...el Ministerio de Educación tiene como 400 personas, es un área muy grande".
Narodowski admitió que "lo que no sabíamos es que (James) era un policía federal porque lo ocultó" a la hora de ser contratado en Educación y dijo que "era uno de los muchos abogados que trabajaba allí...piensen que yo firmaba 12 mil resoluciones por año".
"Da bronca porque tenía un plan de cuatro años y me tuve que ir por Ciro James", se lamentó el ex ministro al evaluar el resultado de este escándalo en su carrera política profesional, cortada abruptamente por su salida del Gobierno de Macri.
Narodowski amplió hoy su declaración como imputado en la causa sobre espionaje ilegal y 'pinchazos' telefónicos durante casi tres horas, en compañía de su abogado defensor Carlos Beraldi.
Ya había prestado meses atrás declaración indagatoria por la contratación en la cartera de Educación de James, ex empleado de la Policía Federal y de la Universidad de La Matanza, ahora detenido y procesado por supuesta conformación de una asociación ilícita destinada al espionaje. Pero por ahora cuenta con falta de mérito, es decir sigue siendo investigado porque el juez aún no encontró pruebas para procesarlo ni sobreseerlo.
En el turno de declaraciones, el próximo viernes deberá ampliar su declaración indagatoria el ex jefe de la Policía Metropolitana y ex comisario de la Policía Federal, Jorge "Fino" Palacios; luego seguirá el ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro; y Macri, el miércoles 5 de mayo. Los funcionarios porteños están imputados de presunta colaboración con las escuchas telefónicas ilegales que supuestamente Palacios y el espía Ciro James llevaron a cabo contra varias personas.
Entre los espiados figuran Sergio Burstein, líder de la Asociación de Familiares de Víctimas de la AMIA y principal crítico de que Palacios condujera el proyecto de la Policía Metropolitana; el empresario Carlos Avila y su yerno; un cuñado de Macri -Néstor Daniel Leonardo; dos gerentes de la cadena de supermercados Coto, el perito forense Mariano Castex; la cuñada del empresario Juan Navarro (del Grupo Exxel) y la esposa del anticuario Hugo Breitman.
Palacios y James, que aspiraba a ingresar a la Policía Metropolitana, cumplen prisión preventiva en el penal bonaerense de Marcos Paz y tienen procesamiento firme por presunta "asociación ilícita". Macri debió cesar a Palacios en la Policía Metropolitana el 25 de agosto pasado cuando el ex jefe de la División Antiterrorista de la Policía Federal fue procesado por supuesto encubrimiento en la investigación del atentado terrorista a la mutual judía AMIA, que en 1994 se cobró 86 vidas y más de 200 heridos.
A pesar de que está imputado, el jefe comunal porteño desafió el viernes pasado al juez Oyarbide y dijo que "haga lo que haga" el magistrado en esa causa penal "nada cambiará" en su administración.
La declaración del jefe comunal parece echar por tierra las versiones que habían circulado acerca de una posible dimisión de Montenegro, que también está imputado y sigue en su cargo, lo contrario de la suerte corrida por Narodowski, quien en la misma situación debió renunciar al ministerio.