En sintonía con su procedencia estudiantil, la legisladora porteña del Frente de Todos, Ofelia Fernández, presentó en los últimos días un proyecto para mejorar la calidad de los alimentos que se reparten en escuelas públicas.
La iniciativa lleva el nombre de "Ley integral del derecho a la alimentación adecuada en las instituciones educativas", y parte del cuestionamiento al sistema actual que ejecuta el Gobierno porteño a través del Ministerio de Educación.
"En los comedores de las primarias muchos no quieren comer porque la comida es fea y todos los años hay niños que terminan en el hospital por intoxicación, mientras que en la secundaria dan, todos los días, sándwiches de paleta y queso", contó Fernández en un video publicado en sus redes.
Ofelia Fernández fue tendencia por su look en la Legislatura y se cruzó con usuarios en Twitter
No tardó en criticar al Gobierno porteño. "Ni fingen interés por una buena nutrición", opinó la legisladora. En esa línea, señaló que "hay pibes que en la escuela tienen la única comida del día y en vez de garantizarles una comida rica y sana, los obligan a comer con asco o a correr el riesgo de terminar internados".
Las claves del proyecto
Según consignó Télam, el proyecto presentado por Fernández contempla la universalización y la gratuidad de la asistencia alimentaria escolar. También busca prohibir que aquellas empresas que fueron multadas o sancionadas por un mal servicio no puedan proveer los alimentos destinados a estudiantes de las escuelas. Otro de los puntos fija que los alimentos sean comprados en la economía popular.
Para la legisladora de la oposición porteña, las frutas y verduras deben estar producidas por cooperativas agroecológicas y la comida debe comprarse a pymes.
El texto también busca poner el foco en la calidad de los alimentos que reciben los estudiantes de las escuelas porteñas. Por eso, busca que se cree una Comisión Interdisciplinaria entre nutricionistas y actores educativos que fiscalicen los menús y su implementación.
El "negocio" de la alimentación
Tras presentar el proyecto, Fernández aprovechó para denunciar la existencia de un supuesto negociado en torno a los alimentos que se le entregan a los estudiantes en las escuelas de la Capital Federal.
"Son más de 12.600 millones de pesos que año a año se destinan a unas pocas concesionarias para la provisión de un servicio ineficiente, plagado de denuncias por desmanejos y hasta casos de intoxicación masiva", lanzó.
En ese contexto, estableció una comparación entre los alimentos que dan los comedores escolares y la oferta a la que accederían los funcionarios porteños. "El gasto del desayuno de cada pibe, por unas galletitas de agua y una chocolatada berreta, es de $37", dijo.
Mientras tanto, añadió, "el monto asciende a $710 en cada funcionario de la Secretaría de Transformación Cultural, con tostadas de pan integral, mermelada, queso crema, jugo exprimido, cafés y varios tipos de tés".
Ese escenario fue definido por la legisladora como "un negocio que condena al hambre a quienes capaz en la escuela hacen su única comida del día".
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