El oficialismo en el Senado pasó hoy a la firma un dictamen de mayoría a favor del proyecto para regular el teletrabajo, sin modificaciones respecto de lo aprobado por la Cámara de Diputados, mientras que la oposición presentará un dictamen en minoría.
A pesar de las propuestas de cambios hechas por representantes de las cámaras empresariales y senadores de la oposición, el presidente de la Comisión de Trabajo, Daniel Lovera, señaló que el Frente de Todos "va a propiciar elaborar un dictamen acompañando sin modificaciones la media sanción".
La discusión había llegado la semana pasada al Senado, donde en una primera reunión de la comisión, en la que estuvieron presentes los referentes de la CGT Héctor Daer y de la CTA, Hugo Yasky, hubo consenso sobre la voluntad de avanzar en una normativa pero, al mismo tiempo, surgió la inquietud de la oposición acerca de la falta de opiniones por parte de la pata empresaria.
Es así como se convocó a una nueva reunión que se realizó hoy, a la que asistieron representantes de la Unión Industrial Argentina (UIA), Cippec, Adepa, Grupo de Entidades Empresarias de Córdoba, IDEA, Argencon y la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), que realizaron un repaso de las objeciones que ya habían hecho llegar por escrito a los integrantes de la comisión para intentar torcer la voluntad del oficialismo e incorporar algunos cambios en el texto que ya contaba con media sanción.
Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, la agrupación que nuclea a empresas vinculadas con la economía del conocimiento, dijo que "somos el corazón del teletrabajo en la Argentina, los que lo hemos creado en el país". Sin embargo, evaluó que el proyecto en discusión "tiene formas que son impracticables e incomprensibles como la norma que le pone un cupo al trabajo extranjero y la lógica de la conexión permanente".
Por su parte, el representante de ADEPA Pablo Deluca relató que "hemos empezado de un día para el otro a hacer teletrabajo y hoy el 80% lo está implementando de manera muy buena". Entre los puntos en contra del proyecto, sostuvo que "la reversibilidad un tema que en la práctica es impracticable y pedimos que sea revisado".
Deluca marcó además que "es un desbalance negativo para las empresas" y agregó que las compañías del rubro "han sostenido el trabajo y las obligaciones de los trabajadores".
La reversibilidad a la que se refirió Deluca tiene que ver con la posibilidad de que el trabajador pueda aceptar de manera voluntaria la modalidad de teletrabajo y que pueda retornar a su puesto presencial cuando lo desee.
Otro de los puntos en conflicto es el equipamiento que se pretende exigir a las empresas para que los trabajadores cumplan con sus tareas en el domicilio. La preocupación es porque se podrían ver afectados los "costos laborales", advirtieron.
De acuerdo a las cifras que exhibió Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de Asuntos Laborales de la UIA, el teletrabajo "aumentó del 8 al 10% y llegará luego al 30%" y ratificó que debe ser una "ley marco, lo suficientemente marco como para no entrar en contradicción con la realidad y permitir que los propios convenios generen los espacios concretos".
Uno de los ejes centrales del texto que contó con el visto bueno de las centrales de trabajadores es que se trataría de una ley en general, cuyos detalles serían discutidos por cada rama específica, sin entrar en conflicto con los convenios propios de cada actividad.
Una vez que finalizó la ronda de exposiciones de los invitados a la reunión virtual, y cuando se esperaba que comenzara la discusión sobre cuáles podrían ser las modificaciones al texto con media sanción, el oficialismo informó que tenía previsto firmar un dictamen sin cambios. Es decir que todas las exposiciones y sugerencias quedaban en la nada porque no estaban dispuestos a incorporar una modificación.
Esa situación hubiera llevado a que si el Senado finalmente votaba a favor del proyecto modificado, estaba obligado a volver a Diputados para su sanción definitiva.
"Es una lástima que el oficialismo adopte esta postura. Todos entendemos que regular el teletrabajo es necesario, que hay que distinguir entre el trabajo específico que se contrata y aquel surgido en estos tiempos producto de la pandemia; pero queremos que se regule de la mejor manera, y esto significa –por ejemplo- no poner obstáculos a las Pymes. ¿Por qué el apuro? La ley tiene un plazo de puesta en vigencia de 90 días después de la pandemia, reitero el pedido al oficialismo, tengamos en cuenta los pedidos de las Pymes, démonos un tiempo para reflexionar y mejorarla y tratar de llegar a un proyecto consensuado”, manifestó el senador radical Julio Cobos.
Según supo PERFIL, en Juntos por el Cambio realmente pensaban que el oficialismo iba a hacer lugar a los pedidos de modificaciones. "Eran un par de cambios lógicos y pedidos por las Pymes" justificaron, pero "la postura fue 'sin cambios, como viene de diputados", lamentaron. Es así como la oposición puso a la firma un dictamen en minoría que incluye las modificaciones.
"Eso es no escuchar", se quejó en diálogo con PERFIL la senadora del PRO Laura Rodríguez Machado, que reconoció que estaba "indignada" porque no se quería dar lugar a la participación del Grupo de Entidades Empresarias de Córdoba, que finalmente pudieron exponer su postura.