Más de mil personas marcharon este fin de semana en la capital santacruceña de Río Gallegos para exigir la renuncia del intendente kirchnerista Raúl Cantín, tras las graves inundaciones que se produjeron en la ciudad. Quien parece estar muy atento a éste y otros conflictos es el hijo de la Presidenta y referente de La Cámpora, Máximo Kirchner.
La ciudad provincial no pasa por su mejor momento, según lo aseguran vecinos y trabajadores que realizan paros y marchas para alzar toda una serie de reclamos en contra de la gestión de Cantín.
En el último de los episodios, con pancartas "Fuera Cantín" o "Río Gallegos no merece esto", cánticos y silbatinas contra el intendente, funcionarios municipales y concejales, la manifestación se centró este domingo en la intersección de las avenidas Néstor Kirchner y San Martín para luego marchar hasta la intendencia local. La autoconvocatoria que surgió por las redes sociales se produjo tras las incesantes lluvias de las últimas semanas y a consecuencia de la falta de recolección de residuos y limpieza urbana por el conflicto salarial que mantiene el municipio con el Sindicato de Obreros y Empleados Municipales de Río Gallegos (SOEM).
Asimismo, a mediados de mayo, trabajadores municipales de Río Gallegos cumplían un nuevo paro de actividades en reclamo de mejoras salariales, mientras la intendencia oficialista busca apoyo del gobierno nacional para solucionar el conflicto.
Es allí en donde, según consignó hoy OPI Santa Cruz, entra en juego el rol de Máximo Kirchner, quien además de haber sido mencionado para algún cargo a nivel nacional, también mueve sus fichas en el terreno que le es conocido y familiar.
En los últimos meses, Cantín se distanció del gobernador Daniel Peralta a quien acusó de "no atenderme el teléfono" y comenzó a mejorar su diálogo con Máximo y Cristina Fernández de Kirchner para destrabar los conflictos, lo que habría impulsado la "Operación Comuna".
"Todos colaboran, aunque sea involuntariamente", le dijo a OPI una fuente que maneja al detalle los planes instruidos por la Presidenta y Máximo, el 15 de mayo, al intendente Raúl Cantín. La "operación política" buscaría "alejar al intendente Raúl Cantín, recobrar el control político de la ciudad, insuflar fondos suficientes para restablecer la tranquilidad social y comenzar a trabajar firmemente colocar un intendente del palo", señaló el medio.
Para llegar a esto, indica OPI, Máximo "tiene diagramado un plan que depende de muchos actores, algunos voluntarios como los concejales del FPV y especialmente el Presidente del HCD, Pablo Grasso, también depende del intendente Raúl Cantín, si renuncia por su 'propia voluntad' o no, del diputado nacional Mauricio Gómez, posible precandidato a Intendente por el FPV y luego de actores menores".
La estrategia, elaborada en conjunto con Carlos Zannini -refiere el medio- necesita de actores periféricos como "la oposición y el gremio".
"La implementación de los planes A y B tienen que ver con que el alejamiento de Cantín no sea traumático, porque CFK no quiere cargar con otro 'golpe' a su propia tropa (Del Val, Intendente Aburto, Acevedo, Sancho y el fallido de Peralta), menos aún a meses de una elección y menos aún, pretendiendo llegar a la municipalidad de Río Gallegos", remarcó la misma fuente al medio patagónica.
"Si renuncia, todo el desastre que hizo, quedará en el olvido, nadie va a investigar nada", concluyó el vocero. De momento, la situación del intendente Cantín es comprometida en lo judicial. Tiene un informe desfavorable por parte del Tribunal de Cuentas de la provincia, acumula denuncias graves sobre administración fraudulenta, y una posible denuncia penal que harían los concejales de la UCR. Máximo conoce todo esto, y lo sigue de cerca.