Un nuevo documento revela que una empresa proveedora de Austral Construcciones, investigada por facturas truchas, quiso “demostrar su capacidad operativa” ante la AFIP (es decir que no es una firma fantasma) para justificar el millonario ingreso de dinero proveniente de obras realizadas en la provincia de Santa Cruz. La declaración jurada a la que accedió PERFIL demostraría que la empresa no tenía empleados ni maquinaria, y que intentó ocultarlo informando al fisco que el personal y las máquinas que usó para esas obras pertenecían a otra compañía. Las obras eran de Austral Construcciones, pero Lázaro Báez las tercerizó a esta compañía ignota.
Las firmas Calvento y Grupo Penta, dirigidas por Silvio Ficcadenti, son investigadas por dos jueces federales por emitir facturación apócrifa. Las dos empresas, radicadas en Bahía Blanca, hicieron negocios por casi $ 10 millones con el gigante patagónico Austral Construcciones, del socio presidencial, que también es investigada por el uso de comprobantes falsos. Las firmas proveedoras no tienen una tradición en el rubro de la construcción, no declaran empleados y ni siquiera tienen maquinarias viales pese a que figuran en la ejecución de una decena de obras públicas adjudicadas a Báez. Se sospecha que las facturas truchas permitieron a Austral Construcciones evadir millones de pesos en impuestos o camuflar sobornos.
El documento al que accedió PERFIL muestra que el 6 de septiembre de 2013, ante un requerimiento de la AFIP, los directivos de Grupo Penta intentan echar por tierra los cuestionamientos por facturación irregular.
La presentación explica que “Construcción de Obras Básicas y Pavimentos de la Av. Circunvalación de Caleta Olivia realizadas entre los meses de Mayo 2009 a Noviembre de 2009” y la obra de “Construcción y Enripiado de la Ruta Provincial Nº 39 realizadas en Octubre de 2010 a junio 2011” fueron realizadas por “maquinaria” y “nómina de personal de Constructora Patagónica SA”. Esto indica que Báez subcontrató a una empresa que no tenía ni empleados. Constructora Patagónica también está en la mira de la Justicia por su vínculo con Austral Construcciones.
Lo curioso es que la declaración jurada de Grupo Penta ingresada en 2013 arrastra algunas contradicciones. En marzo de 2011, la firma había denunciado ante AFIP el robo de “los libros de actas, libros de sueldos, facturas y libros de IVA compra, constancia de pago a proveedores, balances y recibos de sueldos de empleados, planilla de haberes, facturas de venta y haberes de los años 2008, 2009, 2010 y 2011”. La documentación estaba en el baúl de un Volkswagen Golf de uno de los hijos del empresario Ficcadenti. ¿El robo nunca existió? ¿Esa documentación que ahora sale a la luz no estaba en el baúl? ¿Las prestaciones de maquinarias y personal de Constructora Patagónica no son originales?
Es que en los balances de Grupo Penta, revelados por PERFIL, nunca figuró la relación comercial con Constructora Patagónica. Apareció después, ante la intervención de la AFIP.
Hasta ahora el fisco reconoció que la firma Calvento era una fábrica de facturas truchas. Y, desde hace cuatro largos años, fiscaliza la facturación de su firma hermana, Grupo Penta. Si la AFIP reconociera a Grupo Penta como una usina de facturas apócrifas, la decisión repercutiría directamente sobre Austral Construcciones.