Todavía no asumió pero Cristian Ritondo ya se mueve como jefe del bloque de los diputados del PRO. El saliente ministro de Seguridad bonaerense se reunió con la mayoría de los 51 legisladores que estarán bajo su órbita e incluso ya tuvo que resolver los primeros cortocircuitos para arrancar con un bloque lo más homogéneo posible. En su entorno admiten que su perfil “rosquero” es lo que le sumó puntos para que Mauricio Macri pensara en él para ocupar la presidencia de la Cámara –un lugar que finalmente quedará para Sergio Massa– y que ahora lo ubica como futuro jefe de los diputados PRO.
Precisamente, fue esa decisión de Macri lo que le generó el primer dolor de cabeza. A través de Twitter, el mendocino Omar de Marchi, diputado electo por el PRO, lanzó que “no es bueno enterarse por los diarios sobre quién podría presidir el bloque de Diputados de Juntos por el Cambio que pronto integraré”. El malestar interno, que hasta la última semana había sido contenido de manera parcial, salió a la luz a través del mendocino, que también cuestionó que lo “amenacen” por no ser “obediente”.
La embestida fue rápidamente contenida por el propio Macri y luego por Ritondo, quienes recibieron a De Marchi para acercar posiciones. Más allá de la queja por la supuesta “dedocracia” en el macrismo, la crítica del intendente de Luján de Cuyo estuvo vinculada también con el menor protagonismo que tienen los referentes provinciales en las decisiones frente a quienes provienen de distritos fuertes como la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Otro de los focos de conflicto latentes tiene que ver con la amenaza de una decena de diputados cercanos a Emilio Monzó de conformar un grupo interno para cristalizar disidencias que llevaron a que el bonaerense decidiera no renovar su banca a partir de diciembre. En principio, Ritondo logró neutralizar esa posibilidad tras un diálogo directo con Monzó que, según estiman, se repetiría en la semana entrante para terminar de acomodar algunos detalles.
Lo mismo hizo con el electo diputado de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro, elegido por Elisa Carrió para presidir el bloque de 14 legisladores que trabajarán juntos los próximos dos años. Lilita, que en lo formal abandonará su banca a partir de marzo pero que ya decidió no participar de ningún debate parlamentario más, había advertido luego de las elecciones que no aceptaría que se premie con cargos a ninguno de los dirigentes que ella denunció en los últimos años. La advertencia pareció ir dirigida de manera directa contra Ritondo, a quien acusó alguna vez de “hacer operaciones” contra figuras de la Coalición Cívica, y es por eso que también trató de tender puentes con Ferraro, a quien ya conoce por su paso por la Legislatura porteña, y con otra referente de la confianza de Carrió como es Paula Oliveto.
Lo que resta definir en las próximas semanas es quién ocupará la presidencia del interbloque de Cambiemos, un lugar que perdió protagonismo con el pase a la oposición. Aunque la continuidad de la alianza entre UCR, PRO y CC está garantizada –al menos en el mediano plazo–, los tres partidos prefieren priorizar el fortalecimiento de sus propios esquemas y darle un lugar más simbólico a la jefatura de un conglomerado que en algún momento puede transformarse.