El secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj, afirmó que "no está demostrado" que el joven Javier Matías Darroux Mijalchuk, el nieto restituido número 130 por Abuelas de Plaza de Mayo, sea hijo de militantes víctimas del terrorismo de Estado.
Juan Manuel Darroux y Elena Mijalchuk, padres del hombre, "no figuran en la lista de la CONADEP, tampoco en el Registro Único de Víctimas del Terrorismo de Estado en esta Secretaría", precisó el funcionario en declaraciones a la periodista Natasha Niebieskikwiat para el diario Clarín. En ese sentido, confirmó que la denuncia del caso se hizo en 1999 por parte de los familiares.
Ante esto, aclaró: "Sí existe filiación entre los padres denunciados como desaparecidos, pero (Darroux Mijalchuk) nunca fue convalidado como hijo de desaparecidos por la CONADI". Asimismo remarcó que por este motivo desde el Gobierno no salieron a pronunciarse al conocerse la noticia del hallazgo, tal como "habitualmente hacemos con todo nieto recuperado".
Sin embargo, Avruj manifestó: "De todas maneras, nadie desconoce su tragedia. Es un hecho aberrante para cualquier persona ser abandonada en esas circunstancias".
"La ley contempla indemnizaciones para víctimas de terrorismo de Estado si se prueba que una persona tiene a sus padres muertos o desaparecidos y a la víctima se le sustituyó la identidad", aclaró al tiempo que afirmó que "en esta situación, no le corresponde" un beneficio de ese tipo al joven.
Abuelas de Plaza de Mayo informó que Javier Matías Darroux Mijalchuk es hijo biológico de Juan Manuel Darroux (un ex miembro de la Prefectura que trabajó con la Armada en la Dictadura) y de Elena Mijalchuk, una pareja que desapareció con diferencia de días, en diciembre de 1977, cuando el chico tenía sólo cuatro meses de vida.
Anuncio. El 10 de junio desde Abuelas de Plaza de Mayo confirmaron la noticia de la recuperación del nieto 130. Tres días después, brindaron una conferencia de prensa para presentarlo. Estela de Carlotto, titular de la entidad, contó que a los 20 años a Javier le empezó a dar vueltas con fuerza la pregunta sobre su origen. El único dato que tenía era el de su expediente de adopción, que indicaba que una mujer lo había encontrado cerca de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los más crueles centros clandestinos de detención de la dictadura.
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El supuesto hombre vivía en Córdoba cuando se acercó a una filial de Abuelas e inició la investigación que, con el respaldo del Banco de Datos Genéticos, lo acercó a la verdad. En el interín, su tío biológico Roberto Mijalchuk contribuyó y mucho en ese reencuentro.
"El tío Roberto Mijalchuk recibió el llamado tan esperado a ese teléfono fijo que nunca había dado de baja. La CONADI le comunicó que había encontrado a su sobrino. Matías conoció su origen y hoy las Abuelas le damos la bienvenida a esta enorme familia", detalló Carlotto en la sede de Abuelas.
F.D.S./FeL