La canciller Susana Malcorra elige el trato directo –tuteo incluido– al ofrecer definiciones sobre la futura política exterior. Su debut en la esfera internacional incluyó un fuerte cruce con Venezuela en la Cumbre Presidencial del Mercosur. Aunque en sus palabras se subraya la continuidad de las políticas de Estado, el interés en torno a Malcorra se centra en hasta dónde llegarán los cambios.
—¿Se tratará el tema de los derechos humanos con países como Rusia y China como se hizo en el caso de Venezuela?
—El principio de los derechos humanos es un principio que vamos a manejar siempre. En todas las circunstancias. Venezuela es un socio del Mercosur, entonces no es la misma relación que con China u otro país. Es el socio más directo, en la relación más privilegiada. Pero tampoco es el caso de Venezuela, exclusivamente. Tenemos que trabajar como grupo para ser un espacio modelo en el tratamiento de los derechos humanos. Esto es una cuestión del Mercosur que aplica a todos los socios.
—¿Cómo ve el impacto que tuvo el reclamo de Mauricio Macri sobre Venezuela?
—Yo creo que hubo un reconocimiento de que el Presidente fue muy claro. Muy directo. Y creo que sirvió para cristalizar la declaración sobre derechos humanos. Pero la reunión tuvo también otros aspectos, como la negociación con la Unión Europea, que es central.
—Con la Unión Europea, ¿el gobierno de Macri está haciendo una oferta más amplia que la pasada administración?
—La oferta global del Mercosur está casi en el 87% del comercio. Europa está pidiendo que lleguemos a una ambición del 90%. Les hemos explicado que ése es el piso y que podemos trabajar, pero debemos hacerlo las dos partes en conjunto. Hay que poner sobre la mesa las propuestas. Y sin duda Europa tiene que incluir la cuestión agrícola. Ellos nos han dicho que van a estar en condiciones de hacerlo en unas pocas semanas; nosotros tenemos la aspiración de estar en el primer trimestre con las propuestas sobre la mesa.
—El acuerdo también genera temores. ¿Habrá resguardos para la industria argentina?
—Es un temor sobre el cual debemos trabajar. El objetivo que tenemos, y que plantea el Presidente constantemente, es la pobreza cero. Y eso se logra, de manera sustentable, con trabajos de calidad en los cuales la gente tenga una visión de largo plazo de mantenerse, de manera rentable para la empresa y satisfactoria para el empleado. La idea de que cerrándonos tenemos más oportunidades de trabajo está desvirtuada por ejemplos concretos, como el caso de Chile. Se puede hacer una genuina adaptación de la economía sin perder de vista que la gente es la que está delante de todo. Mientras se producen transiciones, hay necesidad de que el Estado proteja de una manera adecuada. No hay ni una intención, ni una capacidad, ni una posibilidad de que las puertas se abran de un día para el otro para que entre cualquiera, de cualquier manera. Todo tiene que hacerse con madurez, y los intereses de la Argentina y los argentinos deben resguardarse bien.
—Macri pidió que no haya un Mercosur a dos velocidades...
—Esta es una historia larga; hay socios del Mercosur que han planteado que los postergaba porque no estaban en condiciones de hacer tratados unilaterales mientras que los dos grandes socios no terminaban de ponerse de acuerdo. Deberíamos ser capaces de encontrar esos espacios que nos den a todos la chance de llegar juntos.
—¿Cómo evalúa la relación con presidentes como Rafael Correa y Evo Morales, afines a la administración saliente?
—Creo que es innegable que en cualquier situación de una alternancia en cualquier país hay un acomodamiento. Mi impresión es que el presidente Morales tiene una conducción de Bolivia que en los temas de administración y de finanzas es sumamente ordenada. Me parece que el presidente Correa es un excelente administrador. Puede haber realineamientos de cercanía o de no tanta cercanía en el discurso ideológico, pero que en la práctica van a llevarnos a intensificar nuestros acuerdos. Cuando digo que hay que desideologizar las relaciones no estoy diciendo que la ideología no existe o no es importante. Lo que digo es que tenemos que tener relaciones que vayan más allá de la ideología. Una cosa que yo aprendí en Naciones Unidas es que uno no se sienta y dedica mucho tiempo a los amigos. Dedica mucho tiempo a los adversarios, porque con los amigos ya lo tenemos todo resuelto.
—¿Cuál es el alcance de los acuerdos que se esperan con Asia-Pacífico?
—Ya hay acuerdos del Mercosur con estos países, lo que hay que hacer es profundizar de manera más integrada.
—Hay sanciones previstas por pesca y explotación petrolera en Malvinas, ¿se mantendrán o habrá un nuevo “paraguas” sobre la soberanía?
—Las Malvinas son un tema constitucional, no un tema opcional. Nuestra Constitución establece que la cuestión es absolutamente prioritaria y vamos mantener los principios. Dicho esto, también hay que ver el tema Malvinas en el contexto del Atlántico Sur. Así como hay que ver Antártida en ese mismo contexto. Estamos revisando la estructura del Ministerio y vamos a crear un área, seguramente una subsecretaría, del Atlántico Sur, en la cual va a estar insertada el tema Malvinas. El objetivo es hacer un análisis de nuestras posiciones, que vamos a defender con la misma seriedad y con la misma convicción que se ha hecho hasta ahora. Vamos a ser evolucionarios, no revolucionarios. Tenemos una base sobre la cual trabajamos, que es la Constitución, pero al mismo tiempo vamos a integrar el conflicto con una perspectiva un poco más amplia.
—¿Cómo evalúa lo que realizó el gobierno anterior?
—Creo que hizo que la cuestión de Malvinas se transformara en un tema absoluta y totalmente preponderante, con una posición muy dura al respecto. Y no siempre se logra lo máximo endureciendo totalmente las posiciones. Eso no quiere decir que uno vaya a ceder en los principios.
—La administración saliente dejó acuerdos firmados con China y Rusia.
—Vamos a revisar los acuerdos. Primero veremos si están en línea con las prioridades que estableció esta administración. Si están en línea, vamos a profundizar y ver si el acuerdo en sí tiene algún área en la que haya que renegociar antes de implementarlo. Si hubiera algún acuerdo que no estuviera en la prioridad, lo que hay que hacer es sentarse y decir: nosotros tenemos esta lista de prioridades, tenemos muchísimo interés en mantener los acuerdos pero hay que ver si hay forma de alinear las prioridades. De manera mesurada, sin golpear ninguna puerta.
—Nisman y legisladores habían reclamado que se desclasificaran los documentos sobre la negociación con Irán.
—La Cancillería va a cumplir con todo pedido que se haga que esté dentro de los parámetros del Ministerio. Suele ocurrir, en relaciones internacionales, que haya acuerdos que tienen ciertas áreas protegidas. Tengo que mirar exactamente de qué se trata. Pero por otro lado, el acuerdo con Irán, después de la declaración de la inconstitucionalidad, se ha caído. Así que tenemos que avanzar sobre un nuevo camino para ver cómo se resuelve esa cuestión pendiente. Lo miraré.
Macri moderará los viajes al exterior
Una de las tareas de la canciller es establecer las prioridades de viajes presidenciales. Dijo que la posible escala en el Vaticano de Mauricio Macri se debe por ahora a “trascendidos periodísticos”. “Lo que tenemos confirmado es que el Presidente va a Davos. Hasta ahí llegamos”, afirmó. Más allá de sus intenciones, reconoce que “el Presidente está pensando también en limitar los viajes en un primer período porque, obviamente, hay mucho que hacer puertas adentro”. Por esta razón, anticipó que la vicepresidenta Gabriela Michetti cumplirá un rol importante. “Me reuní la semana pasada para definir con ella una agenda de prioridades de visitas mientras el Presidente atiende la agenda interna”. Acordaron que visitará los países de Latinoamérica y de Asia. Y explicó que aún no hay confirmación sobre una eventual visita de Barack Obama.
Su previsión es que “a principios de enero” todos los embajadores designados hayan sido reconocidos en sus destinos. Malcorra valoró que la Cancillería tenga “una carrera institucionalizada”. Pero reconoció que “hubo un crecimiento muy grande del área administrativa”. “Quiero mirar cuáles son las áreas, cuales son genuinas y válidas, y cuáles hay que revisar”, deslizó.