A la política le gusta hablar de política. Pero lo cierto es que a las personas –por lo menos a una mayoría de ellas- no les interesa ni la política ni lo que esta tiene para mostrar de sí misma. ¿Qué les interesa a las personas? ¿Qué las emociona? Esa es una pregunta nodal que debería ser respondida en cada contexto, en cada campaña, cada mes y hasta cada día. Si algo caracteriza a las personas, es que no siempre les interesa lo mismo y tampoco les interesa de la misma manera.
El renombrado pensador político francés, Claude Lefort esgrimió que “el conflicto es constitutivo de la política”, anticipándonos uno de los motivos, por los cuales las personas rechazan cualquier tipo de comunicación en donde el protagonismo se lo lleva la política. Básicamente, la política genera conflicto: discusiones, riñas, peleas, disputas, y en casos extremos, enfrentamientos físicos.
Lejos de ser una particularidad de una Argentina poselectoral, la tendencia se repite en los distintos países: los contenidos comunicacionales que manifiestan expresamente política, suelen ser los más rechazados por los usuarios no ideologizados, es decir quienes no sienten afinidad o están afiliados a un partido político.
¡Pero que no se malentienda! Los militantes son necesarios. Muchísimo. Ellos discuten en los comités o unidades básicas, qué tipo de país quieren, cómo lo harían posible en el caso de ganar y quiénes son sus mejores representantes para postularse e intentar ganar las contiendas. Pero sobre todo, son imprescindibles a la hora de diseminar un mensaje y fiscalizar los días de los comicios.
Sin embargo, nunca hay que olvidar que ellos son, como electores, una minoría. Según datos de IPSOS, en Argentina solo el 22% de las personas están afiliadas o simpatizan por un partido político. En otras palabras, de lo que se trata es de hablarles al 80% de electores, quienes no tienen un vínculo tan estrecho con los políticos o que directamente tiene una visión negativa respecto a ellos.
Recientemente, Datafolha ha publicado un relevamiento cuya muestra alcanza a 2.948 brasileros mayores de 16 años a lo largo de 176 municipios del país. Entre los resultados más interesantes del estudio podemos señalar que, con evidencia empírica, la comunicación centrada en la política, puede ser contraproducente a la hora de conectar con quienes piensan diferente. Para evitar discusiones, casi 1 de cada 2 usuarios de redes sociales (46%) dejaron de publicar o compartir cualquier cosa sobre política en sus redes sociales, siendo esta cifra un tanto mayor en WhatsApp (51%), en donde casi 1 de cada 3 usuarios (27%) llegó a abandonar grupos para evitar el conflicto entre familiares o amigos.
La comunicación que se centra en política no solo flaquea de efectividad, sino que puede ser contraproducente. Casi 2 de cada 10 usuarios de redes sociales en Brasil (19%) han dejado de seguir o bloquearon, no solo a empresas o marcas por no estar de acuerdo con sus posiciones políticas, sino también a un amigo o familiar.
Vivimos en tiempos en los que abundan aquellos a quienes no les interesa la política y también quienes la rechazan. El desafío de la política es evitar que su comunicación este absorbida por sus prácticas e intereses, y priorice, con mayor esmero, lo que conecta con las personas.
*Politólogo, sociólogo, docente e investigador (UBA) @leandro_bruni