Dalina Bielle es el “gen” santacruceño de Roberto Baratta. Hija de Dardo Bielle, hombre del círculo patagónico de Néstor Kirchner y nieta de un senador de Santa Cruz, Dalina y Baratta se conocieron en 2003, en el Ministerio de Planificación, cuando el kirchnerismo recién comenzaba a gobernar el país. Él acababa de dejar de manejar un taxi e iba camino a convertirse en uno de los hombres de mayor confianza de Julio De Vido, y ella había entrado a trabajar por los contactos familiares. Se casaron, tuvieron dos hijos y disfrutaron de una vida cómoda entre su departamento, en una de las zonas más tradicionales de Belgrano, y una casona de fin de semana en el country Mapuche.
Cercana a Alessandra “Laly” Minnicelli, mujer de De Vido, Bielle evita mostrarse públicamente. En un breve diálogo con PERFIL afirmó: “No tengo nada para decir. Es asunto mío, prefiero mantenerme fuera”. Desde su entorno explican que a pesar del mal momento, Bielle está “fuerte y entera”, en especial por sus dos pequeños hijos.
Considerada durante su juventud como una de las chicas más lindas de Río Gallegos, Dalina, de 38 años, es una asidua visitante de su esposo en el penal de Ezeiza. Fuera de eso, las únicas personas que suelen acompañarla en su departamento del piso 18 de José Hernández al 2000 son su madre y su hermana menor. Allí, aseguran que a la familia “no se la ve mucho ni siquiera en el pallier. Son bastante reservados, pero ahora mucho más”, explicó un vecino.
“Hay más inconsistencias en su patrimonio que en el de Baratta”, detalló una fuente del caso
Investigada. Desde el comienzo de este año, Dalina comparte con su esposo la carátula de una causa judicial por enriquecimiento ilícito e involucra también al ex chofer, Oscar Centeno, autor de “los cuadernos de las coimas”. La causa comenzó tras la denuncia de Hilda Horovitz, ex mujer de Centeno en el juzgado de Claudio Bonadio, pero el magistrado extrajo testimonio y mandó el caso a sorteo. Ya en manos del juez Sergio Torres, la fiscal Alejandra Mángano dio curso a la investigación e imputó a Baratta, Bielle y Centeno. Puso también bajo la lupa otras personas del círculo cercano del matrimonio, como la hermana y los padres de Baratta. Pero tras la explosión del Cuadernogate, se les dictó a los imputados la inhibición general de bienes y se requirieron múltiples informes y registros tanto a todas las entidades bancarias del país como a los registros del automotor y de la propiedad. Algunos señalan que Dalina está más complicada que su esposo. “Hay más inconsistencias en su patrimonio que en el de Baratta”, detalló una fuente del caso.
Descargo. Desde el círculo íntimo de la mujer, confían en poder explicar lo que surja en el expediente por enriquecimiento. Allegados a Dalina explicaron a PERFIL que la mujer de Baratta viene de una familia adinerada: tuvo por legado de su abuelo un departamento en Capital y un terreno en el Sur, al igual que sus hermanos. También señalaron que con el dinero que ahorró de su paso por Planificación invirtió en un negocio de ropa que tuvo durante varios años en Belgrano. Hace unos años, tras vender el negocio, invirtió en dos monoambientes de pozo, en sociedad con Walter Fagyas (otro de los detenidos del caso y padrino de uno de sus hijos). “Lo del fideicomiso es porque compraron dos departamentos de pozo, nada más. Está todo documentado y bancarizado, se puede demostrar y justificar todo”, aseguraron.
Es precisamente a esa causa donde la defensa de Baratta reclama que sea enviada la causa de los cuadernos y pide el apartamiento de Bonadio. El tema de la competencia terminará siendo analizado por la Cámara Federal.