Ayer la esposa de Julio De Vido, Alessandra Minnicelli, calificó como “una mujer despechada” a la ex mujer del que fue chofer del ministerio de Planificación Oscar Centeno, que destapó la olla sobre la información que había recopilado su ex pareja por más de diez años sobre el presunto circuito de pago de coimas vinculadas a la obra pública.
A fines del 2017 y en medio de una separación en muy malos términos, Hilda Horovitz se acercó al juzgado de Claudio Bonadio para explicar cómo su ex pareja transportaba bolsos de dinero de origen ilícito durante el kirchnerismo.
Luego de esa declaración, el juez federal Sergio Torres tomó la causa. La investigación terminó con el procesamiento por presunto enriquecimiento ilícito de Roberto Baratta, su mujer, Danila Biele, y hasta del propio chofer Centeno como presunto testaferro del ex funcionario de Planificación y fue el puntapié inicial de una causa en la que quedaron involucrados ex funcionarios del kirchnerismo y varios empresarios del mundo de la energía y la obra pública.
Hilda Horovitz se acercó al juzgado de Claudio Bonadio para explicar cómo Oscar Centeno transportaba bolsos de dinero de origen ilícito durante el kirchnerismo.
Antes de ella hubo otras “mujer despechadas” que tras una separación decidieron contar todos los secretos que guardaron a sus parejas.
Una de las más conocidas es Laura Muñoz, la ex esposa de Alejandro Vandenbroele, quien afirmó en reiteradas ocasiones que su ex marido era testaferro del ex vicepresidente Amado Boudou. La mujer contó que tras haber hecho esa revelación fue amenazada de forma sostenida.
No obstante, en noviembre del año pasado ratificó sus dichos ante la Justicia. "Vandenbroele me dijo que trabajaba para Boudou y el nexo era Núñez Carmona. Me dijo que estaban haciendo un negocio con Formosa", aseguró en su declaración Muñoz ante el Tribunal Oral Federal 4.
Algo parecido hizo Karina Jelinek cuando declaró como testigo en la causa contra su ex marido, Leonardo Fariña, por evasión agravada por la compra de un campo en Mendoza. Ante el Tribunal Oral Penal Económico número uno, la modelo consignó que durante los dos años que estuvo casada con el valijero no conoció a Báez, aunque sí a Fabián Rossi, también investigado por el mismo delito. Jelinek también aclaró que Rossi sí lo veía seguido aunque sólo sabía que tenía una financiera. "Era su asistente, su mandadero", explicó sobre el rol de Rossi junto a Fariña.
Otra caso es el de la supuesta secretaria y supuesta amante de Néstor Kirchner, Miriam Quiroga, quien escribió el libro Mis años con Néstor. En una entrevista televisiva, la mujer dijo que vio a "tipos llevando los bolsos llenos de billetes", pero cuando declaró ante el juez federal Luis Rodríguez afirmó que sólo una vez vio un bolso y que no sabía si contenía dinero. En otra declaración, dijo que el bolso tenía lingotes aunque entró en contradicciones.
En marzo de este año, la Cámara de Casación cerró la causa que se inició a raíz de esas declaraciones y dejó firme la decisión del juez Rodríguez que estableció que "los hechos no existieron".
