El nerviosismo pareció cortarse el viernes solo por la llegada del fin de semana. Pero la suba del dólar de 9,93% en cinco días hasta los $ 46,90 en el mercado minorista y la renovada aceleración del riesgo país a cerca de mil puntos, dejaron un escenario abierto para la semana que comienza mañana. ¿Puede el mercado llevar el dólar al techo de la banda cambiaria, fijado en $ 51,45 en el segmento mayorista, es decir más de $ 52 en la calle?
El consenso entre los operadores es que si sigue la tensión externa y no cambia la forma y el volumen de las ventas oficiales en el mercado, no hay motivos para que el precio no testee el tope de la zona de no intervención fijada junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), con el impacto que eso tiene en las expectativas, la inflación y la actividad económica.
Por eso, el Gobierno buscará esta semana quitarle volatilidad a la City y vendrían más aumentos en la tasa de interés, mientras se negocia con el FMI poder aumentar el volumen de ventas diario, sino también cambiar la forma de disponer de esas divisas que hoy se venden de a US$ 60 millones de dólares por día desde el Tesoro. Todo, mientras la Casa Rosada analiza buscar algún tipo de respaldo político desde los países aliados, como Estados Unidos o España.
En el mercado se especula que el comienzo de la semana podría ser nuevamente “movido” en materia cambiaria, aunque admiten que el panorama es incierto y si bien perciben que podría continuar la presión sobre el valor de la divisa estadounidense también perciben que el Gobierno tiene más “artillería” para frenar nuevas embestidas.
Marcos Peña: "Se vive el termómetro del dólar como el termómetro del país. El plan de alivio continúa".
“Hoy estamos ante una crisis de confianza de los mercados financieros, porque el respaldo político lo tenemos de parte del mundo”, les dijo el viernes el presidente Mauricio Macri a los principales empresarios petroleros, al recibirlos en la Quinta de Olivos para hablar del yacimiento no convencional de Vaca Muerta.
“Tuvimos un rush imparable por dos encuestas negativas”, admitió el jefe de Estado, pero “hay que acostumbrarse a la volatilidad, porque va a seguir hasta las elecciones”, expresó. En esa línea ya habían hablado el jefe de Gabinete, Marcos Peña, que había señalado que “hay que aprender a convivir con el tipo de cambio flexible”, mientras que el jueves llegó a hablar con la agencia financiera Bloomberg el mismísimo Jaime Duran Barba, asesor de imagen del Presidente, para restarle importancia a las encuestas que supuestamente influyen en el ánimo de los inversores. “Es absurdo que los mercados sigan las encuestas”, dijo.
A todo esto, en las principales empresas del país sigue habiendo preocupación por la volatilidad y sus consecuencias en los costos internos y en los precios de referencia para el público consumidor.
Un petrolero importante que estuvo con Macri el viernes, de hecho, reflexionaba que le parecía “increíble” que el equipo económico hubiera adoptado esta estrategia de bandas cambiarias para un año electoral, “porque indefectiblemente el precio iba a terminar en el techo”, dando por descontado que así será en los próximos días o a más tardar en semanas.
Incluso, de su tono y del de otros pares se desprende que ya prefieren que así sea para tener una referencia clara con la que operar. De hecho, en algunos sectores empiezan a tomar como referencia para operar el dólar a $ 51, de manera de tener un ancla clara y que los cubra. “No podemos operar con un dólar que un día es $ 42, otro $ 44 y otro $ 47”, se sinceran.
De hecho, desde la Copal ya advirtieron que el programa denominado Precios Esenciales que lanzó el Gobierno hace una semana y que mañana entra en vigencia con los controles respectivos, se podrá mantener siempre y cuando el valor del dólar no supere el techo de la banda cambiaria.
Jaime Duran Barba: "Es absurdo que los mercados sigan las encuestas. Entre los malos, somos los menos peores".
En diversas cámaras empresarias consideran que es esencial estabilizar en forma notoria el tipo de cambio, para empezar a tener una proyección de más previsibilidad.
Además, tanto de CAME como de otras entidades que representan a los sectores pequeños y medianos productores, entienden que en la medida que siga la volatilidad más se tardará en retomarse el ritmo de mejora y consumo de la actividad económica.
Teniendo en cuenta el congelamiento de tarifas y una proyección que podría mostrar una inflación un poco más baja, esos sectores empresarios sostienen que si no se estabiliza el dólar difícilmente pueda bajar la inflación como se conversó días atrás con el Gobierno y de esa manera se vuelve a círculo vicioso de más inflación, retraso salarial y caída de ventas.