POLITICA
ANÁLISIS

Qué dejó Marcos Peña en su primer informe de gestión del año

El jefe de Gabinete siguió el libreto del presidente Macri, y apeló a la famosa frase "lo peor ya pasó", en un discurso al que le faltó originalidad.

Marcos Peña en el Congreso de la Nación
Marcos Peña en el Congreso de la Nación. | Gentileza Presidencia de la Nación

En su primer informe de gestión ante el Congreso durante 2018, Marcos Peña no abundó en originalidad. “Lo peor ya pasó”, repitió el jefe de Gabinete sobre el final de la sesión informativa en Diputados, siguiendo el libreto del presidente Mauricio Macri, luego de pasar por todo el menú de frases de ocasión para defender la gestión.

Arrancó con la economía, uno de los temas que Macri esquivó durante su presencia en el Congreso hace solo dos semanas, y se ocupó de justificar el aumento de las importaciones, insistió con que la inflación está en baja y remarcó el crecimiento del empleo.

Muchos plantearon que lo peor iba a venir, pero rubro por rubro demostramos que eso es falso”, dijo un Peña acelerado, ansioso por mostrar los datos del Gobierno que entre sus puntos más débiles sigue teniendo a la economía. Pero enseguida llegaron las preguntas de la oposición, que lograron incomodarlo en más de una oportunidad.

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La ausencia de repreguntas, que el oficialismo eliminó el año pasado para restar dificultad al informe del Jefe de Gabinete, lo favoreció por momentos pero no logró allanarle el camino del todo. Un incisivo bloque del Frente para la Victoria no lo dejó descansar con cuestionamientos sobre el ministro de Finanzas Luis Caputo y lo obligó a prometer que la próxima semana estará dando explicaciones en el Congreso.

Esa fue una de las pocas definiciones que brindó el jefe de ministros, quien consideró que tener una cuenta offshore “no es corrupción”. También logró ponerlo en apuros el Frente Renovador, que se alineó en las críticas con el kirchnerismo e incluso recibió algunos guiños en medio de la unidad peronista, como el de Agustín Rossi, que defendió los informes de gestión de Sergio Massa cuando era jefe de Gabinete.

Graciela Camaño no se cansó de pedir el micrófono para tildarlo de “mentiroso” y cuestionar la “falta de respeto” hacia la Cámara de Diputados, por no ajustarse al “reglamento mordaza”, según dijo el propio Peña. Los diputados escucharon los argumentos de Peña, pero pidieron más.

A 27 meses del inicio de la gestión de Cambiemos, no se conformaron con escuchar sobre las promesas del “segundo semestre”, sobre la certeza del rumbo del Gobierno y sobre los índices positivos, y se animaron a poner el foco en los despidos en organismos oficiales como el INTI, las políticas de derechos humanos, el aumento de tarifas y la inflación y demostraron que la “herencia recibida” es cada vez una excusa menos válida para justificar los errores propios.