Con una larga carrera diplomática, es la única argentina en el Tribunal Internacional del Mar. Fotos.
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DyN
Si Ghana no libera a la Fragata Libertad, retenida en el país africano desde el 2 de octubre, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner reclamaría ante el Tribunal del Mar. Desconocido para la opinión pública, el tribunal tiene sede en Hamburgo, y cuenta con un factor que, para algunos, podría ser de ayuda para el reclamo por la liberación del buque: la diplomática argentina Elsa Kelly.
Nacida el 28 de febrero de 1939, Kelly se recibió de abogada en la UBA, fue profesora titular de Derecho Internacional y estudió en el programa del Centro de Asuntos Internacionales de Harvard. Pero su carrera es la diplomacia: ingresó al Servicio Exterior de la Nación en 1962 y alcanzó el rango de embajadora en 1984.
En Cancillería ocupó diversos cargos: fue Directora de Relaciones Culturales, Miembro del Consejo Superior de Embajadores, Directora General de Asuntos Ambientales y hasta viceministra de Relaciones Exteriores en el gobierno de Raúl Alfonsín. También fue embajadora ante Austria, Chile, Italia y la UNESCO.
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Kelly fue designada en 2006 como Directora de Seguridad Internacional, Asuntos Nucleares y Espaciales. Desde ese cargo trabó buena relación con la diplomacia estadounidense por el rechazo a la política nuclear de Irán. En 2010, el suyo fue uno de los nombres considerados para suceder a Héctor Timerman como embajador de Estados Unidos, pero el cargo terminó en manos de Alfredo Chiaradía.
Finalmente, en 2011, la diplomática se convirtió en la primera mujer entre los 21 miembros del Tribunal del Mar, aunque en calidad de experta y "no como representante" de la Argentina, que no integra el organismo. Es, además una de las dos representantes de Sudamérica junto al brasileño Vicente Marotta Rangel.
