Sólo el tiempo dirá si la última dictadura cívico-militar será recordada por provocar la desaparición forzada de 30 mil personas, pese a que el libro ¡Viva la Sangre!, de Ceferino Reato, editor ejecutivo de Revista Fortuna, deja en claro que "la gran tragedia nacional" provocó 7.158 víctimas fatales, y que antes del golpe del '76 las desapariciones eran una modalidad en ascenso.
"Es importante aclarar que el número no disminuye la tragedia, pero demuestra que Reato hizo lo que tiene que hacer un periodista: echar luz a la verdad", dijo Nelson Castro, quien junto a los periodistas Carlos Sacchetto y Alfredo Leuco acompañaron al autor en El Ateneo Splendid, donde hicieron una calurosa presentación.
El primer orador fue Sacchetto, que recordó su debut periodístico el mismo 29 de mayo del 1969. En pleno Cordobazo, "mi secretario de redacción me pidió que llevara la nómina de las víctimas fatales", relató.
Con ese antecedente, el analista político sentenció que "revelar el número de víctimas no es 'hacerle el juego al enemigo' como dicen los fundamentalistas del relato porque tener siete u ocho mil desapariciones políticas es tan aberrante como si fueran treinta mil".
Y continuó: "Hay gente que cree que la dimensión de estos hechos se mide por la cantidad de muertos y no por lo que significan y las consecuencias que tienen". La exfuncionaria de la Alianza e integrante de la Condep, Graciela Fernández Meijide, junto con el periodista Luis Majul y la centena de presentes, aplaudieron enérgicamente la afirmación.
En sintonía, Alfredo Leuco tomó el micrófono y consideró: "Este libro es muy necesario para no cerrar ningún tipo de debate y salir de las posturas dogmáticas". El conductor de Le Doy mi Palabra, oriundo de Córdoba -eje del libro-, sintetizó el espíritu de esa provincia en una frase de la revista Hortensia: "Acá estoy para decir lo que se me antoja".
"En el ADN de los cordobeses está esa actitud indomable de luchar por la libertad", explicó Leuco. Es que Reato centró su investigación en la provincia de Córdoba a la que destacó como “capital de la revolución, foco de las guerrillas y laboratorio de la dictadura”.
De los cuatro oradores, el más enfático fue Nelson Castro. El columnista señaló: "Estamos hablando de la gran tragedia argentina". "Este libro es la esperanza de terminar con una tendencia que tiene nuestro país de repetir la historia", evaluó.
“Nosotros hablábamos de la dictadura cuando mucha voces que hoy hablan, callaban”, continuó. “Del mismo modo, este libro cuenta la violencia que había antes de la dictadura, lo que hoy no es fácil de decir”, analizó.
Para Castro, “si no se cuentan los hechos como fueron, corremos el riesgo de volver al fracaso y hoy sólo lo periodistas podemos contar la historia tal cual fue”. La frase no le cayó bien a Fernández Meijide, que se encontraba atenta a unos metros del conductor de Juego Limpio.
“La verdad es que no leyó ninguno de mis libros que, pueden ser malos, pero me tomé el mismo trabajo que cualquier periodista de ir a las fuentes”, le respondió la exfuncionaria, en diálogo con Perfil.com.
Referente en materia de Derechos Humanos, Fernández Meijide sostuvo que "el trabajo de Reato sirve para ir tapando huecos que quedaron en la historia y que favorecen a una tergiversación selectiva". El mismo Reato fue el encargado de cerrar el evento, que se extendió por casi dos horas, con una breve intervención.
"Yo trato de hacer periodismo histórico con las mismas herramientas rudimentarias con las que trabajo la actualidad", contó el autor de Operación Traviata, Operación Primicia, Disposición Final y ¡Viva la Sangre!.
Además, Reato resaltó como "tema fuerte" la influencia de la Iglesia Católica en la trágica década de los '70: "Cómo una religión que pregona el amor al prójimo pudo haber avalado tanta muerte. Es muy difícil, sino imposible, que un grupo tan numeroso de jóvenes tomen la opción de matar o morir sin el componente del catolicismo”.
Luego de abrir el micrófono a las preguntas, donde intervinieron distintos oradores, el autor concluyó haciendo alusión al kirchnerismo: "Escribir sobre el '73 y el '76 no es algo que al oficialismo le guste porque pone en tela de juicio el relato que tan bien han fabricado".
