Recrudece la guerra entre el Gobierno y el gremio de conductores de trenes

Los disturbios en Constitución del miércoles pasado terminaron de calentar la guerra fría que se dirime entre el Gobierno y el gremio de los maquinistas (La Fraternidad). Se trata de un delicado ajedrez donde a última hora del viernes, como represalia, el ministro de Interior, Florencio Randazzo, terminó de mover dos funcionarios clave vinculados al gremio: se corrió a quien maneja los millonarios fondos para obras –Adif– y al responsable de controlar el sistema –CNRT– (ver “Sube la tensión...”). No son los únicos cambios que se anunciarán en los próximos días.
La protesta que impulsó La Fraternidad, gremio que conduce Omar Maturano, tiene dos lecturas. La del “relato”, que excusó los disturbios en un atraso del pago del medio aguinaldo; y la real, vinculada a la pérdida de poder del gremio.

Con esta última se vincula la instalación de las cámaras de seguridad dentro de las cabinas, algo que irrita a la cúpula de La Fraternidad. El Gobierno las instaló en tiempo récord en once de 17 formaciones. Grabarán cada movimiento del maquinista y en los próximos días se terminarán las demás. Por ahora no transmiten, pero el objetivo final es que estén conectadas a un sistema de monitoreo en vivo: un “gran hermano” de maquinistas. Lógico para la tremenda responsabilidad de conducir –literalmente– la vida de casi mil personas que viajan en un tren del Sarmiento en hora pico.

La discusión sobre el “error humano” en el accidente de Castelar, que enfrenta a La Fraternidad y al Gobierno terminaría casi saldada con un sistema como éste. Pero los maquinistas están en contra: ayer, en una entrevista que le dio a La Nación, Daniel López, el conductor del tren que chocó en Castelar, fue claro: “Para proteger vidas necesito frenos, no cámaras de video”, y juró que hizo todo los posible por frenar, pero “el tren no le respondió”. Dentro de La Fraternidad dicen que esa idea es “discriminatoria” y piden, entonces, cámaras en talleres y puestos de control.
Dentro del Gobierno critican el carácter “anárquico” de elección de los conductores. Maturano representa a casi 5 mil maquinistas de todo el sistema que se designan bajo un único y poderoso requisito ténico-académico: el dedo del gremio. La razón, dicen cerca de Maturano, es más de cien años de tradición, donde la prioridad en el cargo la tienen los hijos y paritentes de maquinistas.

La Casa Rosada no sólo busca endurecer los mecanismos de ingreso de maquinistas, quiere elevar el nivel de su calificación. O por lo menos, busca hacerlo luego de la tragedia de Once.

Existen algunas universidades vinculadas al kirchnerismo que trabajan en planes de estudio de carreras ferroviarias. “Estamos trabajando para cambiar los requisitos de ingreso de maquinistas así como los sistemas de capacitación. Deberían tener educación universitaria”, confirma un funcionario de Transporte.

Randazzo –que esta semana reconoció que los maquinistas que cobran $ 15 mil se “cagan” en cientos de miles de pasajeros– termina de analizar un minucioso estudio sobre el personal de todo el sistema ferroviario. Cuando lo termine podría hacer cambios que molesten aún más a los gremios.

Sin aguinaldo, pero con Audi

Omar Maturano, titular del gremio de La Fraternidad que impulsó el paro de trenes del miércoles –que afectó a casi un millón de personas–, disfruta de los autos de alta gama.

Según el Registro de Propiedad Atomotor, tiene a su nombre un Mercedez-Benz 250 T/TD (de colección) y un Audi Q5 2.0 FSI 4, la camioneta de alta gama que eligen los millonarios.

En los sitios de  venta de autos se ofrece por entre $ 300 mil y $ 400 mil, según el modelo.

Según publicó La Nación, además, suele moverse en un Audi A5 para ir a trabajar, como muchos gremialistas. 

Maturano es ex aliado de Moyano y se define kirchnerista, aunque no está en su mejor momento dentro de la CGT oficial.