La Ciudad de Buenos Aires debe pagar 30.000 pesos cada vez que se realiza un acto masivo en Plaza de Mayo, para reparar los daños provocados en jardines, baldosas y edificios.
Así lo informaron al diario La Nación voceros del Ministerio de Medio Ambiente y Espacio Público porteño quienes afirmaron que el costo es aún mayor en Congreso. Cuando se retiren las carpas, tendrán que invertir otros 40.000 pesos.
En estos casos, el dinero sale de las arcas porteñas. Hay ocasiones, sin embargo, en las que el gobierno porteño cobra a los organizadores de los actos: cuando permitieron a Luis Palau hacer un acto religioso en el Obelisco, exigieron que abone una suma de 65 mil pesos en concepto de "césped, plantines, plantas y flores, rotura de riego y vandalismos varios", afirmaron al matutino.
Aún quedan dos escenarios a medio desarmar y varios destrozos en Plaza de Mayo desde el pasado 17 de junio, cuando el kirchnerismo convocó a un acto "en defensa de la democracia". Ese día, un manifestante tucumano murió al caérsele un farol en la cabeza. Allí viven a la intemperie, además, familias que fueron desalojadas de un terreno Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires.
Romper un banco, dañar una luminaria, sacar una baldosa, escribir un monumento o cualquier otro daño al patrimonio urbano es un delito castigable por la Justicia, según dijeron en el Ministerio de Medio Ambiente porteño. Si un inspector sorprendiere a alguien cometiendo alguno de esas violaciones, debe avisar a la policía, aunque en la práctica eso casi nunca sucede. El daño es doble para las plazas de Mayo y del Congreso, por ser patrimonio arquitectónico e histórico, publicó La Nación.