La Unidad Especial de Investigación del atentado a la AMIA del Ministerio de Justicia pasará por decreto a convertirse en secretaría y quedará bajo la órbita del Programa Verdad y Justicia, de la secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, que depende de Claudio Avruj. Según pudo reconstruir PERFIL, la decisión sería oficializada en los próximos días, en tanto que todavía no hay precisiones sobre el futuro del titular de la Unidad, el radical Mario Cimadevilla, quien está enfrentado con el ministro Germán Garavano.
Las diferencias entre ambos alcanzaron su punto máximo en medio del escándalo que se suscitó luego de que la querella de la Unidad no pidiera penas para los ex fiscales del caso, Eamon Mullen y José Barbaccia, cercanos a distintas figuras del PRO. En la interna también intervino Elisa Carrió, quien apuntó a Garavano.
Según pudo saber este diario, desde el ministerio se evaluó que, tras haber querellado ya en el debate, corresponde a la Secretaría de DDHH darle seguimiento al tema. En forma adicional, también se consideran cumplidos los objetivos anteriores de otros dos decretos que apuntaban al fortalecimiento de la Unidad.
La decisión del cambio de órbita también sería enmarcada en el objetivo de ir acorde con las políticas de modernización y reestructuración que se proponen desde el Gobierno. Y que eso “implica la disolución de la Secretaría de Planificación Estratégica y la reubicación de la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la Sede de la AMIA”, bajo el ala de Avruj.
Fuentes del tema explicaron que la futura secretaría tendrá competencia para intervenir como querellantes en las causa judiciales por encubrimiento del atentado, podrá monitorear el avance de la totalidad de los expedientes, además de establecer contacto con entidades de la comunidad judía, y con organismos internacionales y nacionales que puedan aportar a la causa. También recibir denuncias, informes y pruebas sobre los hechos y remitirlos al Ministerio Público Fiscal, además de actuar como auxiliar de la Unidad Fiscal y emitir informes.
En la polémica entorno del rol de la Unidad en el marco de los alegatos en el juicio por encubrimiento tuvo un rol importante Carrió, quien tenía en el equipo a Mariana Stillman, una de sus abogadas de máxima confianza, a quien hizo renunciar tras la decisión de uno de los abogados de no avanzar contra Mullen y Barbaccia.
