POLITICA
el otro candidato

Rosenkrantz: de Alfonsín a la Corte que impulsa Macri

El jurista ya dejó su cargo en la Universidad. Evitó declaraciones frente a la polémica. Colaboró con el gobierno alfonsinista. Podría ser el primer miembro de origen judío.

Rector. La Universidad de San Andrés anunció que Rosenkrantz dejará el cargo el 15 de febrero.
| Cedoc

Carlos Rosenkrantz, el candidato a la Corte Suprema postulado por el Presidente, mantiene el silencio frente a la polémica que generó el mecanismo elegido para designarlo y el rechazo del peronismo en el Senado. De confirmarse su nombramiento, sería, según indicaron a este medio conocedores de la historia del tribunal, el primer ministro de origen judío en la Corte. Rosenkrantz es hijo de un inmigrante judío de origen polaco y de una maestra correntina, católica y practicante, pero cuando contrajo matrimonio, lo hizo en el rito judío.
El viernes la Universidad de San Andrés (USAN), donde se desempeña desde 2008 como rector, emitió un comunicado en el que la casa de altos estudios felicitó a Rosenkrantz e informó que solicitó una licencia en el cargo a partir del 15 de febrero.
El constitucionalista cuenta con fuertes credenciales académicas que incluyen una graduación con honores en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y un doctorado en la universidad de Yale en Estados Unidos. Es profesor titular en la UBA y fue profesor visitante en la Universidad de Nueva York, entre otras.
El postulante a la Corte es socio del estudio Bouzat, Rosenkrantz & Asociados, con importantes clientes corporativos como el Grupo Clarín. Ello despertó críticas por la eventualidad de que pudiera intervenir en alguno de los casos que afectan al multimedio. Sin embargo, fuentes tribunalicias aclararon que como parte del proceso de designación deberá exponer una lista con todos sus clientes y también tendría que autoexcluirse de cualquier proceso que los afecte. De no hacerlo, podría ser recusado con facilidad.
 
Nunca contra el Estado. Un dato menos conocido es que, por su experiencia en casos ante el CIADI, fue requerido como testigo experto en un proceso contra la Argentina durante la presidencia de Néstor Kirchner. A diferencia de otros especialistas en estos litigios, fuentes del sector indicaron a PERFIL que no fue nunca representante de querellantes contra el Estado argentino.
Rosenkrantz empezó en la militancia política con el radicalismo y el Movimiento Nacional Latinoamericano que conducía el ex vicepresidente de Arturo Frondizi, Alejandro Gómez, y trabajó villas del conurbano bonaerense.
Durante la transición a la democracia, con 25 años de edad, integraba el grupo de trabajo que lideró el filósofo Carlos Santiago Nino junto con otros juristas como Roberto Gargarella, Marcelo Alegre, Gabriel Bouzat, Mirna Goransky, Marcela Rodríguez, Roberto De Michele y Carlos Balbín. El grupo tuvo una fuerte influencia sobre el gobierno de Raúl Alfonsín e impulsó numerosas iniciativas legales consideradas como fundacionales del ciclo democrático.
Unos años más tarde, en 1991, representó a la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) en un caso contra la Inspección General de Justicia (IGJ), que había utilizado argumentos homófobos (y, según definiría más adelante la Corte Suprema, reñidos con las libertades constitucionales fundamentales) para denegar la personería jurídica a la entidad.