El fiscal general ante la Cámara del Crimen, Ricardo Sáenz, reiteró que "está claro" que la muerte de Alberto Nisman "fue un homicidio" y advirtió que "se pueden abrir algunas puntas sobre a quién le interesaba o convenía la muerte" del fiscal que investigaba el atentado a la AMIA.
Sin embargo, Sáenz reconoció que "no" sabe si "se va a llegar a descubrir algún día quiénes fueron los autores materiales" del supuesto homicidio. Sin embargo, aseguró que “se pueden abrir algunas puntas sobre a quién le interesaba o convenía la muerte, lo que se conoce como los autores intelectuales"
La semana pasada, Saenz adhirió a la hipótesis de la querella al dictaminar que Nisman no se suicidó, por lo que la causa pasó a la Justicia federal. “No podemos estar discutiendo 13 meses si algo es un suicidio porque, evidentemente, esto no lo es", sostuvo. El magistrado consideró que a Nisman lo mataron “en relación a su función", y aclaró que es por eso respalda el cambio de fuero.
En declaraciones a la prensa, la fiscal Viviana Fein había rechazado la decisión de la jueza Fabiana Palmaghini de enviar la causa a la Justicia federal, al advertir que no ve "ningún elemento objetivo, prueba objetiva, directa, precisa y certera" que le permita decir que estuvo "frente a un acto homicida”.
Aunque aseguró que no va a apelar la medida, Fein lamentó que la apartaran de la causa "justo cuando investigada a fuerzas de inteligencia" por un cruce "llamativo" de comunicaciones entre espías horas antes que descubrieran el cuerpo del funcionario judicial.
Quien sí apelaría el traspaso es el técnico Diego Lagomarsino, único imputado en la causa por haberle prestado a Nisman el arma con la que se efectuó el disparo. Saénz calificó de “contradicción" el que el traspaso dependa de su apelación, dado que Lagomarsino no está imputado por homicidio. “Seguimos en la ficción de no imputarlo en la hipótesis de la muerte, pero darle todos los derechos a que se mueva en el expediente", protestó el fiscal.