El expresidente uruguayo, Julio María Sanguinetti, redactó una columna de opinión en el diario El País y afirmó que el kirchnerismo “ha entrado en su ocaso” ya que cualquiera sea el resultado porque “la omnipotencia de esa vertiente personalizada del peronismo ha entrado en su final”.
“La condición de favorito que el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, tenía hasta hace poco, ha cambiado de signo”, interpreta el escenario político en la Argentina el exmandatario oriental.
El expresidente uruguayo durante los períodos 1985-1990 y 1995-2000 percibe un impacto en la opinión pública del estilo comunicacional y de conducción de la presidenta durante sus gestiones ylos signos de agotamiento de la economía: “Se percibe un hartazgo de las 46 interminables cadenas nacionales que la presidenta ocupó este año con su retórica crispada y barroca; del modo autoritario de manejar su partido con un absolutismo monárquico; de su agresividad constante para con la prensa y una situación económica que ya no cuenta con las posibilidades de derroche que el comercio exterior hasta hace poco le regalaba (...)”, manifestó.
“Macri es la esperanza de un cambio; Scioli es una doble resignación: la de la presidenta, que lo aceptó como candidato sin quererlo y la del electorado kirchnerista que no lo considera uno de los suyos”, aseguró.
También analizó los procesos electorales que se experimentarán en Venezuela, que “marca otro formidable fracaso de los regímenes populistas” y que vive “el mayor desquicio de su historia”. El exmandatario señaló las deficiencias del modelo chavista como la inflación, el desabastecimiento y “el autoritarismo ya se exhibe sin pudor”.
“Ante esta circunstancia, el presidente Maduro desnuda groseramente su intención y anuncia que en la eventualidad de una derrota parlamentaria “no entregará la Revolución” y que “pasará a gobernar con el pueblo” en una “unión cívico-militar´”, indicó.
Por último, consideró que en Brasil “la situación está empeorando” y destacó los escándalos de corrupción en Petrobras y que la economía se encamina a “otro fin de año recesivo”.
El expresidente indicó que cómo terminará Brasil “no está claro”, pero marcó que debe haber un volantazo sino “el régimen se irá deshilachando hasta la parálisis”. Mientras que en Venezuela la pregunta que impera es “hasta dónde y hasta cuándo seguirán resistiendo los civiles y militares”. “Sólo en Argentina parece abrirse el panorama esperanzado que alumbraría el triunfo de Macri”, manifestó.