El peronismo santafesino quiere aprobar, antes del 10 de diciembre, un proyecto de Reforma Constitucional que habilite la reelección del gobernador, algo que no está permitido en la constitución vigente en la provincia.
La intención es que gobernador electo, Omar Perotti, asuma en diciembre con la reforma aprobada. Se trata del mismo proyecto que elaboró el gobernador saliente Miguel Lifschitz para obtener su reelección y que terminó sucumbiendo en la Legislatura en agosto de 2018.
De esta forma, el peronismo quiere aprovechar estos tres meses que restan para el traspaso, para aprobar la reforma y allanar el camino para la permanencia del partido en la provincia gobernada hasta ahora por el socialismo.
Vencedor en Santa Fe, el peronista Omar Perotti prometió "poner de pie a la provincia"
Según reveló el diputado provincial Carlos del Frade al sitio La Política Online, el expediente quedó frenado en la comisión de Educación y solicitarán preferencia para su tratamiento apenas se reactive la labor parlamentaria.
“Junto con Rubén Giustiniani queremos que se siga discutiendo la Reforma y que no sea solamente una cuestión de interés electoral, queremos que se discuta todo”, afirmó el diputado del Frente Social y Popular que, junto con el exsocialista, forman un interbloque de cuatro legisladores.
A su vez, en el peronismo analizan reforzar la presión pidiendo el tratamiento sobre tablas o preferencia en el recinto para sacar rédito de la fractura entre los socialistas Miguel Lifschitz y Antonio Bonfatti.
Eliminan la reelección indefinida para intendentes y legisladores
En su momento, detalla La Política Online, Bonfatti no le facilitó la reforma a Lifschitz. En la Casa Gris (como se conoce a la casa de gobierno de la Provincia de Santa Fe) apuntaban al presidente del partido Socialista y autoridad máxima de la Cámara de Diputados de no haber hecho los esfuerzos necesarios para que prospere.
El peronismo y Cambiemos tampoco apoyaron el proyecto. Aquella jugada le permitió a Bonfatti eliminar las chances de Lifschitz y mostrarse como candidato. A esto se suma que mientras Bonfatti mantenía abierto el diálogo con Alberto Fernández antes de las PASO, Lifschitz aceleró el acuerdo con Roberto Lavagna.
“Eso obligó al socialismo a alinearse en Consenso Federal y le obturó a Bonfatti la posibilidad de negociar con el kirchnerismo una embajada en Uruguay o España aunque esta última posibilidad se reflotó por la necesidad de Alberto Fernández de contar con un buen interlocutor con el PSOE”, sostiene el portal.
MS/ CP
