Cuando comenzó a armar el organigrama de su posible gabinete en caso de ganar las elecciones presidenciales del 25 de octubre, Daniel Scioli anotó un primer apellido en una hoja en blanco y la guardó. Fue hace algunas semanas atrás cuando escribió el nombre de Gustavo Ferrari, actual asesor general de Gobierno en la provincia de Buenos Aires.
El lugar que ocupará si el gobernador rompe con la maldición de los gobernadores bonaerenses y llega a la presidencia es uno de los últimos cargos que decidió anunciar, pero el primero en definir. Se trata de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI ex SIDE), que actualmente ocupa Oscar Parrilli, uno de los hombres de mayor confianza de la presidenta, Cristina Kirchner. La reestructuración de la vieja SIDE concretada este año le permite a quien fuere el próximo presidente remover a su director. Y en el caso de Scioli está dispuesto a llevarlo a cabo y separar a Parrilli, quien durante más de una década fue secretario general de la Presidencia del kirchnerismo.
Abogado, empresario y político desde 2009, Ferrari reúne las condiciones que pretendía Scioli para el cargo. “Es respetado por todos los sectores políticos y mantiene buen vínculo con los banqueros, empresarios y distintos sectores de la Justicia y el establishment”, le confió el gobernador bonaerense a sus hombres de máxima confianza al confirmar la elección.
Scioli busca mostrar un gabinete independiente, de hombres propios y sin dirigentes puestos por la Casa Rosada. En sus conversaciones con su compañero de fórmula y secretario de Legal y Técnica, Carlos “Chino” Zannini, hasta ahora no surgieron los hombres de la posible futura gestión. “En el gabinete bonaerense nunca me pusieron un hombre, a mi equipo lo elijo yo”, repite el ex motonauta.
Ferrari conoció a Scioli cuando asumió como diputado nacional, luego de ser el jefe de campaña de Francisco De Narváez en 2009, elección que le ganó a Néstor Kirchner y al propio Scioli en la provincia de Buenos Aires. Pero el principal lazo lo creó con el hermano del gobernador, José “Pepe” Scioli, cuando ambos eran opositores e integraron la mesa chica de De Narváez.
En 2013, cuando finalizó su mandato como diputado de Unión Celeste y Blanco y ya con Pepe Scioli a su lado, el candidato del oficialismo cobijó a Ferrari en la Asesoría General de Gobierno. Desde entonces, Scioli rescata su bajo perfil y la ayuda que le dio en distintas iniciativas. Incluso, junto a “Pepe” trabaja en leyes para 2016, como el borrador que tienen listo sobre una “ley de inversión público-privada para el desarrollo de infraestructura”. “Quiero una agencia modernizada y al servicio de la defensa nacional”, le dijo Scioli a Ferrari cuando le ofreció el cargo. El gobernador pretende dejar atrás la antigua SIDE de espías enfrentados y le pidió avanzar en este organismo contra “el crimen y el narcotráfico”.
Continuidad. La salida de Parrilli no implicaría la remoción del segundo en el organismo, Juan Martín Mena. Este joven de la agrupación La Cámpora mantiene buen vínculo con Scioli, quien no descarta que continúe en el cargo. “¿Por qué sacar lo que sirve?”, repiten en el búnker de campaña. Mena, Eduardo “Wado” de Pedro (secretario general de la Presidencia) y Julián Alvarez (secretario de Justicia) son los camporistas incorporados en las filas neosciolistas. “Soy integrador”, responde el mandatario cuando en su equipo le consultaron por la continuidad de Mena.