La primera imagen que mostrará el Frente de Todos ante una derrota que parece irreversible será la de unidad. Cristina Kirchner está dispuesta a mostrar que no quiere romper la alianza de gobierno más allá de las discusiones que abrirá sobre el rumbo de los próximos dos años y por eso estará el domingo a la noche en el Complejo Cultural C. Allí llegarán para recibir los resultados los máximos referentes del gobierno.
La derrota estará en el aire, lejos del clima que imperaba el 12 de septiembre cuando los dirigentes del Frente de Todos comenzaron a llegar al búnker oficial con números alentadores que horas más tarde (ya con los resultados oficiales) generaban los primeros cruces dentro del espacio. Los máximos dirigentes del gobierno saben que se volverán a encontrar este 14 de noviembre para subirse a un escenario en el que no habrá buenas noticias para dar aunque el mensaje tendrá que ver con mostrar unidad.
Estarán Alberto Fernández y Cristina Kirchner. También Sergio Massa y Máximo Kirchner. Llegará a Capital Federal Axel Kicillof, ministros e intendentes. Habrá foto de unidad. Es la imagen que los principales dirigentes de la alianza decidió transmitir ante un clima de crisis económica y debilidad política. Las discusiones comenzarán horas después y esta vez prometen que serán a puertas cerradas.
Nadie está dispuesto a irse del FdT y eso es lo único que parecen tener claro. La vicepresidenta se subió el último jueves al cierre de campaña en Merlo para llevar calma ante la incertidumbre que generan los resultados adversos que puede dejar este domingo. Aunque ninguno de los máximos referentes creen que perderán la elección por más votos que en las PASO, ya nadie se ilusiona con que la elección en el territorio bonaerense se podrá revertir. Lo más optimistas hablan de “empate técnico”. Esto significa, según sus propios números, que el oficialismo puede perder por dos o tres puntos.
El Frente de Todos dará imágenes de unidad en bloque, con Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández incluidos, a pesar de que ya nadie se ilusiona con poder revertir significativamente los resultados de las PASO de septiembre, en la provincia de Buenos Aires. Habrá reproches, pero serán a puertas cerradas.
