La elección porteña viene acaparada por la pelea entre los referentes de Juntos por el Cambio y de La Libertad Avanza por captar el voto liberal. Así, María Eugenia Vidal y Javier Milei están trabajando por sumar un mayor caudal de votantes en las elecciones del 14 de noviembre, donde el reparto de bancas será crucial. Y la tensión entre los sectores viene en aumento.
Desde que se contaron los votos de las PASO comenzó la especulación sobre qué harían los votantes de Ricardo López Murphy, candidato de clara extracción liberal, en las generales. En el equipo de Vidal trabajan desde ese momento para mostrar sintonía, al punto tal que ya es parte de las publicidades en vía gráfica, al lado de la primera candidata, a pesar de estar cuarto en la lista.
La ex gobernadora, además, empezó el segundo tramo de la campaña con un discurso duro en contra del kirchnerismo más aceitado que en la previa de las PASO. Lo confesó esta semana en una cena con otros dirigentes, donde se mostró contenta por haber encontrado “la épica de la elección”. Se la va a escuchar insistir, estos días, con que Juntos por el Cambio tiene que sumar más diputados para poder arrebatarle a Sergio Massa la presidencia de la Cámara de Diputados, algo en lo que no coinciden todos los actores del espacio. Al propio Horacio Rodríguez Larreta lo escucharon decir que no creía que sea la mejor estrategia porque podría significar que JxC quede pegado institucionalmente a una eventual debacle del Frente de Todos.
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Hay quienes interpretan, entonces, que el objetivo de Vidal es mostrar un discurso más duro para captar voto opositor y evitar que se vaya a la opción Milei. Así, buscan lograr que entre al Congreso el lilito Fernando Sánchez, el octavo en la lista, uno más de los que correspondería si se repiten los resultados de las PASO. El reparto según esa elección sería 7 para JxC, 3 para el kirchnerismo, 2 Milei y uno el FIT.
Desde el comando de Milei se embarcaron también en el objetivo de pescar en esa pecera. El propio economista planteó esta semana que “no es descartable una fórmula con Patricia Bullrich en 2023” y dijo que votar a Vidal “es estar a seis votos de Venezuela”. Tienen en claro que parte de los votantes de la presidenta del PRO fueron a López Murphy en las PASO. Y a esos le están hablando.
La reacción cambiemita no tardó en llegar. En las redes sociales se multiplicaron los mensajes de cuentas identificadas con JxC donde emparentan a Milei con Massa, apuntando al pasado de algunos de sus dirigentes más cercanos con el titular de Diputados. Milei retrucó asegurando que Marcos Peña (que se conoció que empezó a asesorar a Vidal tras las PASO) activó una campaña en su contra y tildó al cineasta Juan José Campanella de “troll”. Y recordó mensajes de Larreta diciendo que es amigo de Massa.
Pero no todos en el PRO creen que sea la mejor estrategia pelearse con Milei. Algunos creen que es levantarlo de manera innecesaria y que, en todo caso, lo más conveniente para sumar la octava banca es trabajando para que el FIT no llegue a conseguir entrar al reparto. Y mirando hacia 2023 están convencidos que son votos a los que hay que mantener lo más cerca posible, aunque sea para un ballottage.