Finalmente, el Senado no se reunirá este 30 de marzo para tratar la reforma del Consejo de la Magistratura, tal como lo tenía previsto el oficialismo y postergará el encuentro en el recinto probablemente para la semana próxima.
En el marco del tratamiento exprés que encaró el Frente de Todos para intentar cumplir con los plazos previstos por la Corte Suprema, luego de la declaración de inconstitucionalidad de la actual conformación del organismo judicial, se había convocado a una sesión para el miércoles a las 14 con la intención de dar media sanción.
En el plenario de comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales se habían firmado tres dictámenes: uno por la mayoría del Frente de Todos, otro de los referentes de Juntos por el Cambio y una tercera alternativa firmada solo por el senador por Juntos Somos Río Negro Alberto Weretilneck.
Con 35 votos propios, el Frente de Todos se ve obligado en cada votación a sumar el respaldo de al menos dos aliados para llegar al quórum, y suele estar entre ellos Weretilneck, pero en esta oportunidad presentó un proyecto propio, lo que ya resulta suficiente para complicar los planes del oficialismo.
La sesión había sido convocada con la convicción de que podrían ser negociadas las condiciones con Weretilneck, que pedía la federalización de los integrantes del Consejo, para que intervengan cuando haya cuestiones ligadas a la región a la que pertenecen, una alternativa que el oficialismo no tiene en cuenta y que por el momento no accedió a modificar.
Es por eso que se resolvió convocar a un nuevo plenario de comisiones para el miércoles a la tarde, lo que suma una nueva instancia de conversaciones, para intentar llegar a una propuesta consensuada que no fracase al momento de la votación.
El oficialismo ya tenía la perspectiva de una votación ajustada en el Senado, con una perspectiva aún más complicada en Diputados, lo que obliga a trabajar paso a paso en la suma de voluntades.
Las trabas en la negociación con Weretilneck atiende además a un enfrentamiento que mantiene el ex gobernador con su comprovinciano Martín Soria, ministro de Justicia y defensor del proyecto que excluye a la Corte Suprema de la conducción del organismo, un punto en el que coincide con la iniciativa de Weretilneck.
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