Ante la creciente dificultad para montar puentes aéreos con el mundo, la Cancillería se abocó en los últimos días a imprimir una mayor velocidad al incremento de recursos del plan de contención para los argentinos varados en el exterior. Al inicio de la pandemia, este fondo contaba apenas con dos millones de pesos para atender emergencias entre los casi 12 mil compatriotas que permanecen fuera del país con diverso grado de necesidad.
Acorde al programa original de asistencia a los argentinos en el extranjero, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto disponía de solo dos millones de pesos en su presupuesto para asistir a compatriotas en problemas. Desde la cartera afirman que esta suma se robusteció con la transferencia de fondos de diversas partidas en suspenso por la parálisis que causó el Covid-19 en la agenda cotidiana, como las misiones comerciales y los traslados de diplomáticos, entre otros gastos.
A lo largo de dos jornadas de reuniones vía Zoom, el canciller Felipe Solá mantuvo diálogos con los embajadores y cónsules de América, el jueves, y Europa, ayer. Se esperaba completar la ronda a lo largo del fin de semana con los representantes argentinos en Asia, Africa y Oceanía a fin de determinar prioridades a la hora de asignación de las nuevas partidas. Hasta el momento, las misiones se manejaron con dinero propio mediante autorizaciones especiales.
Países como Ecuador —donde se vive una verdadera pesadilla en materia sanitaria— y México han concentrado gran parte de las preocupaciones. En particular porque, a los varados, se han añadido algunos argentinos residentes en aquellos países que ahora también buscan retornar porque quedaron desocupados con la crisis del coronavirus. Esto generó que aún en lugares donde se había logrado descomprimir parcialmente la demanda resurgiera con nuevos pedidos de repatriación.
Una de las opciones en las que trabaja Felipe Solá es enmendar la resolución original del Plan Contención para incluir a esta nueva generación de pedidos de ayuda. Con tal motivo, la plana mayor de la Cancillería se sumó a las teleconferencias para consensuar la estrategia entre las áreas operativas, administrativa y sanitaria.